Una amplia pared de cristal en la habitación revela un maravilloso entorno, en donde lo clásico y lo contemporáneo son parte del encanto enigmático de la vibrante capital de Corea del Sur. Justo ahí, en el corazón del distrito financiero, emerge un moderno edificio de 29 pisos de altura, el cual alberga al Four Seasons Hotel Seoul y atrae las miradas con su diseño.

La parte superior del edificio consigue crear una conexión estética con los elegantes aleros de los techos clásicos Hanok, término que se utiliza para referirse al estilo de las casas tradicionales de Corea del Sur, que en esta ubicación lucen matizados con la intención de proyectar su concepto hacia el futuro.
Estas mismas líneas cadenciosas se repiten al elegante interior del hotel por medio de ventanas divididas. Esto, con la finalidad de preservar la privacidad de sus huéspedes, pues de esta manera es difícil observar lo que ahí ocurre desde los edificios circundantes.
Lo mejor para hacer en Seúl, según una editora local
En la Palace View Executive Suite la dualidad entre el pasado y el presente es perceptible a través de sus paredes de vidrio. El incesante ajetreo de esta metrópoli queda atrás al sumergirse en el meticuloso espacio de 72 metros cuadrados, el cual permite apreciar, a la distancia, la relajante quietud que exuda el Palacio Gyeongbokgung, situado en medio del hermoso paisaje montañoso de Seúl.
La hermosa e intrigante construcción, que durante el siglo XVI fuera una residencia real, es considerada una obra maestra del estilo arquitectónico pagoda. Durante las noches casi hipnotiza la vista al observar su iluminación, cómodamente sentado, incluso recostado, en la habitación de la suite. Entonces, será inevitable entregarse a un estado de profunda levedad, arropado por una atmósfera de sedas y cerámicas tradicionales coreanas, con detalles modernos que distinguen el diseño interior de este remanso de paz. El mismo que, por la mañana, invita a salir al encuentro de una seductora urbe.



Placer infinito
No es necesario alejarse mucho para observar con mayor detenimiento y cercanía el complejo monumental que se extiende en una superficie de miles metros cuadrados para conocer el Pabellón Gyeonghoeru, el estanque Hyangwonjeong, así como el Museo Nacional Folclórico de Corea. Esta es una parada fundamental en todos los recorridos por la capital, y los huéspedes de la propiedad lo tienen muy cerca.
Aunque también pueden aventurarse a descubrir toda la riqueza que la ciudad oriental tiene para ofrecer. Al regreso al hotel, después de una larga jornada, los aguardará una vigorizante experiencia de sauna coreano en el spa, vital para recuperar fuerzas. Una exfoliación de pies a cabeza complementará este momento de renovación.
Este refugio ha recibido múltiples reconocimientos gracias a su excelente servicio, que reúne terapias clásicas y tendencias contemporáneas. Así se pueden disfrutar desde tratamientos con piedras de jade hasta los últimos avances en decoración de uñas y cuidado de la piel.
Para ello, solo hay que dejarse consentir y rendirse ante la serenidad del maravilloso espacio; las parejas también podrán vivir un momento de privacidad y relajación en una suite destinada, especialmente, para ellos.
Unos días en Four Seasons Hotel Seoul permitirán explorar la enigmática cultura de esta metrópoli histórica y experimentar su dinamismo de una manera sumamente grata.