
Hace trescientos años, los samuráis de Aizu, una zona montañosa en la prefectura de Fukushima, comenzaron a elaborar licor de arroz. Desde entonces, la prefectura ha sido considerada la región productora de sake más distinguida de Japón. Su clima fresco y el agua de manantiales de montaña la han convertido en el lugar ideal para cultivar arroz y koji, el moho cultivado en arroz vaporizado.
Después del terremoto de 2011 y el consiguiente desastre nuclear que atrajo la atención del mundo hacia Fukushima, la región se recuperó y desde hace mucho tiempo se ha declarado que el sake está libre de radiación. Aquí te mostramos cómo explorar las mejores cervecerías de la zona durante un fin de semana largo.
Día 1: Nihonmatsu
Desde la ciudad de Fukushima, conduce 30 minutos hacia el sur hasta Daishichi, que utiliza el antiguo método kimoto para machacar el iniciador del sake con largas varas, lo que extrae un profundo umami. Contrasta esto con los sakes refrescantes y accesibles de Okunomatsu, establecida en 1716, y pasa la noche en Ryokan New Ougiya, que cuenta con su propia fuente termal que alimenta los baños.

Día 2: Aizuwakamatsu
Realiza un pintoresco viaje en coche de una hora hacia el oeste hasta Aizuwakamatsu, una ciudad construida alrededor de un castillo y rodeada de picos cubiertos de nieve. Visita Tsurunoe Shuzō, fundada en 1794 y que ahora tiene una maestra cervecera. A continuación, pasa por Suehiro Shuzō, que fue el proveedor oficial de sake del emperador Meiji. La cervecería fue pionera en el método yamahai, que permite que la masa fermentada se someta a una fermentación espontánea, en lugar de utilizar la técnica del kimoto. Para una cena aventurera, visita Kagota, una izakaya que sirve tiburón hervido, sashimi de caballo y kozuyu, un caldo claro de vieira con verduras de temporada. Termina el día en Cuisine Inn Tagoto, un ryokan centenario.

Día 3: Aizubange
Disfruta del desayuno de wappa meshi en Cuisine Inn, un plato de arroz al vapor, mariscos de temporada (a menudo langosta) y verduras cocidas juntas en una caja de madera redonda. Luego dirígete al pueblo de Aizubange y únete a la fila afuera de la cervecería Hiroki Shuzō. Si tienes suerte, conseguirás una botella de Junmai Namazume artesanal, que se elabora con arroz de la más alta calidad y ha tenido un estatus casi de culto desde su debut en 1999. Desde allí, estás a solo una cuadra de Akebono Shuzō. Aunque abrió en 1904, la cervecería produce bebidas experimentales dirigidas a consumidores más jóvenes, incluyendo un sake de yogur.
Una versión de esta historia apareció por primera vez en la edición de febrero de 2024 de Travel + Leisure bajo el titular «Un sabor de tradición».