Llamé varias veces a mi hijo, pero nada podía apartarlo de la ventanilla del avión turbohélice. Aunque estábamos a 20 mil pies de altura, el agua turquesa que había debajo de nosotros era tan clara que podía ver distintos bancos de peces. Hemos pensado en esta aventura en las Islas Turcas y Caicos desde hace mucho tiempo (nuestro viaje original fue cancelado hace tres años debido a la pandemia), pero por fin estamos aquí.
Cuando aterrizamos en Ambergris Cay, un hermoso resort en una isla privada que abrió recientemente, concluí que haber dado positivo para Covid-19 en 2021 fue una bendición disfrazada. En ese entonces, no habríamos podido venir a Ambergris Cay y, lo que es más importante, mi hijo, Mikel Kai, ya es lo suficientemente mayor como para apreciar la idea de hacer una escapada en solitario con sus padres.
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Una llegada inolvidable
Al bajar del avión, nos ofrecieron cócteles sin alcohol con sabor a menta y un juego de llaves: nosotros mismos conduciríamos un carrito de golf hasta llegar a nuestra villa de tres habitaciones. Mientras mi hijo devoraba un plato de frutas tropicales y bebía jugo recién exprimido, yo ya estaba planeando traer a toda la familia para unas segundas vacaciones.
Esa noche, los dos disfrutamos de una cena de cinco platos bajo las estrellas, rodeados por la luz de las antorchas tiki y una hoguera. Un guitarrista proporcionó la banda sonora perfecta y suave.
Mi esposo, Miguel, se unió a nosotros al día siguiente. Fue entonces cuando decidimos explorar las islas en carrito de golf, en barco y a pie, con largas caminatas por playas de arena blanca para recoger galletas de mar.
Relax y exclusividad en las Islas Turcas y Caicos
A continuación, nos registramos en Parrot Cay y Pine Cay, otros dos complejos turísticos ubicados en islas privadas a las que se llega en barco desde Providenciales… O Provo, como los lugareños le dicen al territorio insular más grande de las Islas Turcas y Caicos.
Después de un maravilloso masaje en Parrot Cay, me retiré a una zona ventilada y sombreada con vistas a una laguna para leer un libro. Vi a un músico famoso, pero no quería perturbar su paz ni la mía. Más tarde, el director de ventas me informó de que era su quinta visita en seis meses y que disfruta de la privacidad del lugar.
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Las mejores opciones en Provo
Para la recta final de nuestro viaje a las Islas Turcas y Caicos, decidimos visitar Provo. Primera parada: Amanyara. Este hotel ofrece lo último en lujo, con pabellones y villas que van desde dos hasta seis habitaciones, todas ellas con servicio de chefs y mayordomos privados.
Las instalaciones de bienestar son amplias e incluyen deportes como tenis, pickleball, baloncesto y pilates reformers. Me sorprendió gratamente la cantidad de actividades para los niños en la propiedad, como la academia de vela y las búsquedas del tesoro. Al mismo tiempo, es un lugar perfecto para una escapada romántica o una luna de miel.
También nos alojamos en The Palms, The Shore Club y Rock House. Mientras mi esposo y mi hijo estaban ocupados practicando kitesurf en la playa de Long Bay, yo tuve la oportunidad de visitar otras propiedades a lo largo de Grace Bay.
Rápidamente me di cuenta de que cada isla y complejo turístico es maravilloso y tiene su propio atractivo, lo que dificultará mi elección de hospedaje cuando regrese a las Islas Turcas y Caicos con toda mi familia.
