
Michoacán, tierra de profundas raíces culturales y tradiciones ancestrales, es cuna de dos joyas arquitectónicas reconocidas como Pueblos Mágicos: Santa Clara del Cobre y Tzintzuntzan. Ambas localidades destacan por sus impresionantes artesanías locales, auténticas expresiones del talento y la creatividad de sus artesanos.
Mientras uno va de compras en estos Pueblos Mágicos, se puede admirar las fachadas coloniales y rodearse del ambiente de artesanos. Visitar los museos y los talleres es esencial para conocer de cerca las técnicas ancestrales y adquirir una pieza que llevará a tu hogar un pedacito de la esencia de Michoacán. Ya sea que busques decorar tu casa con piezas únicas o solo conocer por dentro el mundo artesano, ambos lugares son perfectos.
El oasis de refrescantes aguas cristalinas en medio del desierto a 40 minutos de Tehuacán

Artesanías locales en el Pueblo Mágico de Santa Clara del Cobre, «Reino del cobre martillado»
Santa Clara del Cobre, un pueblo que respira la esencia del cobre, mantuvo viva la tradición artesanal de este metal durante generaciones. Los pobladores purépechas, expertos en la fundición y el trabajo del cobre desde tiempos inmemoriales, perfeccionaron sus técnicas con la llegada de Vasco de Quiroga.
Cada pieza de artesanía local es única, elaborada a mano sin moldes ni maquinarias, a base de calor, martillazos y la creatividad de los artífices. Con habilidades heredadas, moldean trozos de cobre hasta convertirlos en verdaderas obras de arte. Desde utensilios de uso cotidiano hasta piezas decorativas y ornamentales, el cobre cobra vida bajo las manos expertas de los artesanos.
Como se mencionó recién, la oferta artesanal es amplia. Se pueden encontrar desde utensilios de cocina (ollas, cazuelas, cucharones) y objetos decorativos (espejos, marcos, lámparas) hasta joyería (aretes, anillos, pulseras) e incluso figuras religiosas y artísticas.
A su vez, en Santa Clara del Cobre, los talleres artesanales exhiben su maestría en el repujado, el cincelado y el martillado del cobre. Desde enormes calderos de cocina hasta intrincados adornos, estas piezas llaman la atención por su belleza y su elaboración a mano.

Tzintzuntzan, artesanías con encanto prehispánico y colonial
Ubicado a orillas del imponente Lago de Pátzcuaro, Tzintzuntzan reluce por la esencia de su encanto colonial y pasado prehispánico. Este antiguo asentamiento purépecha preserva una zona arqueológica conocida como Las Yácatas, donde se erigen cinco edificaciones piramidales redondeadas. Además de su legado histórico, Tzintzuntzan es un verdadero paraíso para los amantes de las artesanías locales. En sus calles empedradas y mercados tradicionales, existe un mundo de creaciones únicas.
Aquí la alfarería es una actividad importante. Se producen cántaros, platos, macetas y figuras decorativas de barro vidriado y barro natural. En lo que respecta a textiles, los telares tradicionales dan vida a tapetes, manteles y bolsas bordadas con coloridos diseños geométricos. También se tallan máscaras, muebles y utensilios de cocina en maderas locales.
Por su parte, Tzintzuntzan se enorgullece de sus bordados minuciosos, que representan escenas de la vida cotidiana, tradiciones y el folclor de la región. La alfarería de alta temperatura, con sus diseños prehispánicos y formas únicas, también es un tesoro invaluable de este Pueblo Mágico.