
Enero es, aunque no lo parezca, uno de los meses más agradecidos para viajar por España. Pasadas las fiestas, el país recupera un ritmo más pausado, bajan los precios y muchos destinos muestran su cara más auténtica, lejos de las multitudes. Para quienes buscan escapadas de enero en España sin grandes gastos, este mes ofrece la combinación perfecta de tranquilidad y alojamientos a precios razonables. Viajar en pleno invierno no implica renunciar a experiencias memorables; al contrario, permite disfrutarlas con más tiempo y menos ruido.
Andalucía con encanto invernal

Uno de los grandes clásicos para empezar el año con sosiego es Úbeda y Baeza, en Jaén. Ambas ciudades, declaradas Patrimonio de la Humanidad, se recorren con calma en un fin de semana y en enero resultan especialmente agradables. Lugares como la plaza renacentista Vázquez de Molina de Úbeda, el palacio de Jabalquinto de Baeza y las iglesias monumentales de ambas poblaciones se disfrutan sin aglomeraciones. Además, la provincia ofrece una gastronomía contundente y asequible, ideal para el invierno: migas, ochíos, guisos tradicionales y aceite de oliva virgen extra como protagonista absoluto. El alojamiento en estas fechas suele ser muy competitivo, incluso en hoteles con encanto situados en edificios históricos.
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Para quienes buscan algo de sol sin salir de la península, Almería es una excelente elección. Enero ofrece temperaturas suaves, cielos despejados y playas casi desiertas. El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar se recorre con comodidad, sin el calor extremo ni la masificación del verano. Además de naturaleza, la ciudad de Almería permite visitar la Alcazaba, una de las mayores fortalezas árabes de España, y disfrutar de una cultura de tapas muy asequible. El coste del viaje y del alojamiento en esta época es notablemente inferior al de otras estaciones del año.
El silencio esculpido de Castilla y León

Para quienes prefieren naturaleza y silencio, Las Hurdes, en el norte de Extremadura, son una opción cada vez más valorada. Enero es un mes ideal para descubrir esta comarca sin prisas, con paisajes de montaña, ríos cristalinos y pueblos pequeños donde el tiempo parece detenido. Las rutas de senderismo suaves, los miradores naturales y la arquitectura tradicional convierten la zona en un refugio perfecto para desconectar. A ello se suma una oferta de casas rurales a precios moderados y una cocina basada en productos locales como miel, quesos y embutidos.
Otra escapada invernal muy equilibrada entre cultura y descanso es Zamora. Su casco histórico, asentado sobre el Duero, reúne uno de los mejores conjuntos de arte románico de Europa. En enero, recorrer la catedral del Salvador (cerrada hasta abril de 2026), el castillo o las iglesias románicas se convierte en una experiencia íntima y muy agradable. Zamora es además un destino económico, tanto en alojamiento como en restauración, y permite combinar visitas culturales con paseos junto al río o excursiones cercanas a los Arribes del Duero, espectaculares incluso en invierno.
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También en Castilla y León, Soria se presenta como uno de los destinos más auténticos para empezar el año con calma. Enero acentúa su carácter tranquilo, casi introspectivo. Pasear por la ribera del Duero, visitar el monasterio de San Juan de Duero o recorrer los paisajes que inspiraron a Antonio Machado resulta especialmente evocador en invierno. Además, la provincia ofrece pueblos pequeños, naturaleza y una gastronomía potente —setas, torreznos, platos de cuchara— a precios contenidos.
Lugares tranquilos en el norte
En el norte, Cantabria interior ofrece una alternativa distinta al turismo costero. Localidades como Santillana del Mar, Liérganes o Bárcena Mayor conservan un encanto especial en enero, cuando las calles empedradas y las casas montañesas se envuelven en un ambiente tranquilo y casi melancólico. El invierno realza los paisajes verdes y los bosques, y permite disfrutar de la gastronomía cántabra sin colas ni reservas imposibles. Además, los precios bajan notablemente tras Navidad, lo que convierte la región en un destino muy accesible para un fin de semana.
Visitas a las bodegas riojanas

Otra ciudad ideal para una escapada tranquila es Logroño. Más allá de su fama gastronómica, enero es un momento perfecto para recorrer la ciudad sin prisas, visitar bodegas cercanas y pasear entre viñedos desnudos, que ofrecen una estampa muy diferente y serena. Muchos alojamientos reducen precios tras las fiestas, y la oferta cultural y museística sigue activa. Es una escapada perfecta para quienes buscan combinar descanso, buena mesa y paseos urbanos sin grandes desplazamientos.
La luz mediterránea
Para quienes prefieren una escapada urbana con carácter mediterráneo, Valencia en enero es una sorpresa agradable. Lejos del calor y del turismo estival, la ciudad se muestra más relajada. Se puede recorrer el centro histórico, disfrutar de la Ciudad de las Artes y las Ciencias o pasear por el Jardín del Turia sin prisas. Además, enero es un buen mes para encontrar ofertas hoteleras y disfrutar de una gastronomía variada sin el bullicio de otras épocas.
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La sorprendente provincia de Teruel
Enero también es un mes ideal para redescubrir pueblos pequeños que en otras estaciones pasan desapercibidos. Lugares como Albarracín o Calaceite, en Teruel, conservan su encanto intacto y permiten una experiencia más cercana y económica. Con menos visitantes, los alojamientos ajustan precios y los restaurantes mantienen una relación más directa con el viajero.







