Este pueblito en Burgos se hizo famoso y atrae a los turistas por varias razones
Mural "La Música y la Literatura" de GoYO203, dedicado a Óscar Esquivias (Rodelar en Wikimedia Commons)

Villangómez, un pueblito en Burgos, emergió como un destino turístico inesperado gracias a una combinación única de eventos culturales, gastronomía deliciosa y arte urbano que capta todas las miradas.

Con poco más de 200 habitantes, este encantador rincón rural se convirtió en un punto de referencia para aquellos que buscan una experiencia auténtica, cultural y diversa en el corazón de España. Una por una, las razones que hacen a Villangómez un rincón tan especial.

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Mural «Ensoñaciones» de Willy Arenas, dedicado a Franz Kafka en Villangómez (Rodelar en Wikimedia Commons)

Primera razón: los murales cuentan historias y las callecitas se convierten en una galería al aire libre

Desde el año 2016, Villangómez estuvo marcando su huella en el panorama artístico urbano con una impresionante colección de murales. Lo que comenzó como una idea para embellecer las callecitas del pueblo se ha convertido en una atracción turística por derecho propio, convirtiendo a sus calles en una verdadera galería a cielo abierto. Con 32 murales repartidos por todo el pueblo, cada obra cuenta una historia única y refleja la identidad y la historia de la comunidad local.

Los visitantes pueden explorar esta galería al aire libre siguiendo una ruta designada que los lleva a través de pintorescos callejones y plazas, ofreciendo una visión fascinante de la vida que crece de este pueblito en Burgos.

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Iglesia parroquial de San Cosme y San Damián (Ludi Diez en Wikimedia Commons)

Segunda razón: fiestas tradicionales que celebran la devoción y gastronomía de Villangómez

En el año 2010, nació el festival Pollogómez como una iniciativa para contrarrestar la tendencia de despoblación y revitalizar la comunidad local. Este festival de música folk, que tiene lugar a finales de agosto, es una celebración de la rica tradición agrícola del pueblo y su destacada producción avícola.

Los visitantes tienen la oportunidad de disfrutar de un día lleno de música folclórica, catas de vino, talleres artesanales y, por supuesto, la degustación de pollo asado, una delicia culinaria que se ha convertido en el emblema del evento.

Además del festival Pollogómez, Villangómez cuenta con las fiestas de Pentecostés, que marcan el final del periodo pascual y son una ocasión para ceremonias religiosas y procesiones que culminan en la ermita del pueblo. También tiene las festividades en honor a San Cosme y San Damián, los patronos de Villangómez, que son el evento más importante del año. Hay días de baile, actividades para niños y concursos de disfraces que atraen a lugareños y visitantes por igual.

Tercera razón: cuenta con un gran patrimonio histórico

Además de su vibrante escena cultural, Villangómez también ofrece a los visitantes la oportunidad de explorar su rico patrimonio histórico y arquitectónico. La iglesia parroquial de San Cosme y San Damián, construida en el siglo XIII y posteriormente reconstruida en el siglo XVI, es un destacado ejemplo de la arquitectura religiosa de la región.

Con su impresionante retablo neoclásico y sus magníficos capiteles románicos, la iglesia es un testimonio de la rica historia y la profunda fe de la comunidad local. La ermita de Fuenteltoro, situada en las afueras del pueblo, es otro punto de interés notable, con su impresionante retablo clasicista y su devoción a la Virgen de Fuente del Toro, venerada por generaciones de lugareños.