Uno de los monumentos más celebres de una ciudad de España se convirtió en un imán para los enamorados. En especial para quienes sueñan con casarse. Por eso es común encontrarse con propuestas de matrimonio a la vista de todos, volviendo a este destino turístico un ícono del romanticismo.
Se trata de la Plaza de España ubicada en Sevilla, que incluso fue elegida por los clientes de una aerolínea que realizó una encuesta con motivo de San Valentín como uno de los mejores lugares de todo Europa para hacer una proposición de boda. Los otros dos fueron el Ojo de Londres y el balcón de Julieta en Verona.
Es que el histórico sitio tiene desde embarcaciones para navegar a lo largo de la plaza hasta carruajes tirados por caballos. Dos elementos poco comunes que vuelven al lugar más que ideal para montar una escena digna de película y volverla inolvidable.
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Plaza de España en Sevilla: qué significa y por qué la crearon
Encuadrada en el Parque de María Luisa, fue diseñada con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 por el arquitecto Aníbal González. Su forma semielíptica simboliza el abrazo entre la antigua metrópolis y sus colonias y el edificio que la bordea mira hacia el Guadalquivir, punto desde el cual se emprende el viaje a América.
Cuenta con una superficie total de 50 mil metros cuadrados, lo que la vuelve la plaza más imponente de España. Está rodeada por un canal de más de 500 metros de longitud que puede recorrerse en barca al que atraviesan cuatro puentes que representan los antiguos reinos de España. También tiene dos torres que se ven desde toda Sevilla.
Además, de un extremo a otro de la plaza hay bancos hechos con azulejos que referencian cada una de las provincias del país. Recorrerlos se ha vconvertido en un ritual común de los turistas y también de aquellos nativos que quieren tomarse fotos junto al emblema de su tierra natal.
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Otros atractivos de la ciudad para una escapada de enamorados
La ciudad cuenta con otros atractivos imperdibles para los turistas. Entre ellos se destaca el Alcázar de Sevilla, un imponente palacio real declarado Patrimonio de la Humanidad en el que convergen distintos estilos arquitectónicos; y la Catedral, considerada la catedral gótica más grande del mundo.
Además, con paradas obligadas el Barrio de Santa Cruz, con calles empedradas y plazas pintorescas, tiendas y bares tradicionales para disfrutar de la gastronomía regional; la Torre de Oro, conocida como la «niña bonita» de Sevilla; y sus variados parques y jardines.
