
Nueva York está en la bucket list de cualquier viajero. Pero la ciudad que nunca duerme es inmensa y su oferta inalcanzable. ¿Cómo abarcarla? NYC Tourism, la organización oficial de marketing turístico y oficina de convenciones y visitantes para los cinco distritos de la Ciudad de Nueva York, tiene la respuesta: como un local (comenzando por Manhattan).
En esta entrega vamos a hablar de qué hacer en Manhattan (estén atentos porque le siguen Brooklyn y el Bronx). Los clásicos son clásicos por una razón. En una primera visita a NY, es imposible perderse el Empire State Building, Times Square, la Estatua de la Libertad, el Central Park o el Rockefeller Center. Pero Manhattan tiene mucho más que ofrecer, propuestas perdidas entre íconos turísticos.
Unos dim sum en Chinatown, un cappuccino con canoli en Little Italy o comida ucraniana en el Lower East Side. Tomar el ferry hacia Governors Island o el tranvía hacia Roosevelt Island. “Starry Night” de Vincent van Gogh en el Museo de Arte Moderno, “Madame X” en el Metropolitano de Arte o el T. Rex del Museo Americano de Historia Natural. Podemos descubrir los secretos de Grand Central y comprar joyería en el Diamond District. En Downtown, SeaGlass Carousel es el escenario perfecto para caminatas. La cultura y la historia Afroamericana brillan en Harlem, Washington Heights ofrece comida dominicana y The Met Cloisters, tapices de unicornios.
“Podrías vivir aquí tu vida entera y nunca quedarte sin cosas que hacer en Manhattan”, comenta Fred Dixon, Presidente y CEO de New York City Tourism + Conventions. “No solo es la capital mundial financiera, cultural y del entretenimiento, también es uno de los mejores destinos del mundo. Desde teatro y arte, hasta compras y restaurantes; desde té a las 4pm a bailar hasta las 4am; la riqueza histórica y tecnología de vanguardia. Yoga en Central Park o bares en las azoteas. Manhattan ofrece infinitas maneras únicas de conocer NYC como neoyorquino”.
¿Dónde hospedarse?
Manhattan rebosa de hoteles. Joyitas boutique, escondidas en calles residenciales, y grandes cadenas en el corazón de la ciudad. Midtown, Uptown o Downtown, siempre hay algo para cada presupuesto, en todos los vecindarios. Lujo inmensurable en los edificios del Ritz-Carlton, Mandarin Oriental o el St. Regis; Hilton, Marriott o Four Seasons. Para quienes busquen enverdecer su viaje, hay propuestas enfocadas en la sustentabilidad como Crosby Street Hotel en SoHo o 1Hotel Central Park. ¿Fanático de la arquitectura? The Beekman Hotel. Si nada te convence, nycgo.com/hotels esta lleno de otras opciones.
Para quienes busquen departamentos, Airbnb está repleto de opciones por todo Manhattan.
Lower Manhattan
Los marineros holandeses tomaron las costas sur de la ciudad cientos de años atrás, donde fundaron New Amsterdam. Un cambio de nombre más tarde -y un par de conflictos, también-, llegamos a New York City. El sur de la ciudad es hogar del vecindario más antiguo de la ciudad, donde funciona su centro financiero.
Las vistas soñadas desde Battery Park, en las orillas de la ciudad; el camino del SeaGlass Carousel, un ferry a Staten Island (¡gratuito!) y la mejor visual de la Estatua de la Libertad. Todo eso se disfruta en esta zona.
La cultura es una parte ineludible de la ciudad, y por las calles de Lower Manhattan se encuentra el Museum of Jewish Heritage, el National Museum of the American Indian y el Fraunces Tavern and Museum, donde el general Washington despidió a sus tropas luego de que los británicos dejaran Nueva York en 1783. Cerquita se encuentra la famosa estatua del Toro de Broadway (para tomar la foto que ustedes ya saben) o la estatua de La niña sin miedo..

El World Trade Center es otro clásico turístico que hay que visitar. Desde el piso 102 del One World Trade se obtiene una de las mejores vistas de Lower Manhattan. Ya abajo, el 9-11 Memorial rinde homenaje a los fallecidos en el ataque terrorista a las Torres Gemelas. En medio de los tantos árboles que hay en el monumento se encuentra el Árbol Sobreviviente, con un tronco de dos metros, encontrado entre los escombros de los edificios caídos. The Seaport está localizado en el lado del East River de Lower Manhattan, si buscas ir en barco a Brooklyn, el Bronx, o The Rockaways en Queens, toma el NYC Ferry por solo $2.75 dólares.
Chinatown y Little Italy
A nadie sorprende que China Town y Little Italy estén en esta lista. Manhattan es un crisol de culturas pero, sin lugar a dudas las chinas e italianas son unas de las más importantes de la ciudad.
Con el tren R se llega a Mott Street, centro del barrio chino. Tiendas de souvenirs, vendedores ambulantes y muchos -pero muchos- restaurantes inundan sus calles. Dulces de huevo, todos los mariscos que la mente pueda imaginar, dim sum y exquisiteces exóticas sin límites.


Al norte de Chinatown se encuentra Little Italy. ¿Hay que decirlo? Prueben la pizza. Punto final. Pero no hay que quedarse ahí: está lleno de tienditas de productos italianos (¡ay, las latas de San Marzano!), gelaterias y pequeños cafés.
Tribeca y SoHo
El colmo de lo chic. Y sí, Nueva York es una ciudad de glamour inagotable. Tiendas de las marcas más importantes (Chanel, Celine, Burberry, etcéteras infinitos) compiten por captar la atención de peatones con billeteras gordas. Si el presupuesto no alcanza (no juzgo, yo entro en esta categoría), las compras más económicas se hacen en Broadway.

Para los fanáticos del arte: The Earth Room, una escultura de tierra en 141 Wooster Street. O por qué no, Louis J. Meisel Gallery -141 Prince Street-, una galería que hizo aparición en Sex and the City. Las obras teatrales en The Public Theater -donde se estrenó Hamilton- siempre son buena opción o, si la visita cae en junio, el Tribeca Film Festival es un planazo.
Lower East Side y East Village
Tierra de inmigrantes, movimientos sociales, punk rock. Lower East Side es la región de espíritu bohemio y creativo.
Una visita al Nuyorican Poets Café para presenciar los slams de poesía, las lecturas con open mic y la música constante, siempre es una buena opción. Para los más modernos, La MaMa Experimental Theatre Club, New Museum y Tenement Museum.
Los atractivos continúan. Delicias coreanas y tienda k-pop en Oh K-Dog, libros usados con ese aroma fantástico en East Village Books, moda punk en Search&Destroy o comida japonesa en Kenka.
Si son realmente audaces, tatúense, los desafío. Resuenan ciertos nombres como Daredevil Tattoo, East Side Ink y Bang Bang. Para los adeptos a la moda circular, L Train Vintage, Ritual Vintage, Buffalo Exchange, Trash&Vaudeville y Pilgrim New York. De nada.

Después de tanto caminar hay que recargar energías. Es menester pasar por Katz’s Delicatessen y probar sus sándwiches, ridículamente enormes, rebosantes de pastrami. Hay opciones más modernas también, como Souvlaki GR, Spicy Village, The Bun Hut o Sidney’s Five.
Greenwich Village y Meatpacking District
Llegar a Greenwich Village es muy fácil. Básicamente, hay que cantar el abecedario. Las líneas A, B, C, D, E, F o M (bueno, ahí pegamos un salto) dejan bien, en la estación West 4th Street. La famosa NYU tiene su sede cerquita, rodeada de música callejera, gente patinando, hippies y hipsters. También pueden encontrar The Stonewall Inn., ícono mundial para la comunidad LGTBQI+, donde se tiró la primera piedra.
Para los melómanos -o los fanáticos de Bob Dylan- este vecindario está repleto de joyitas: Café Wha?, The Bitter End, Village, Vanguard y The Blue Note. Marie’s Crisis Cafe, con su icónico piano en vivo o Cherry Lane Theatre, con su teatro en vivo.

Al norte de West Village encontramos el Meatpacking District. Ese pintoresco barrio al que se mudó Samantha en Sex and the City, donde se rodeó de amigos gays y travestis. Por sus calles, el Whitney Museum of American Art ofrece vistas espectaculares desde sus terrazas en exterior y una colección de arte que incluye obras de Andy Warhol, Georgia O’Keeffe, Joseph Stella, Jasper Johns, y Alexander Calder.
A un par de cuadras está la entrada del High Line, el parque-pasarela construido sobre las vías del ferrocarril, en altura. Paisajismo, mucho verde e instalaciones van sorprendiendo al peatón durante la recorrida. Se extiende por casi dos kilómetros (una milla redondita, pero acá no usamos el imperial).
Union Square y Flatiron District
Al Este de Manhattan, encontramos estos tres nombres. Union Square Park tiene un bonito mercado agroecológico los lunes, miércoles, viernes y sábados. Víveres comestibles y artículos para el hogar; como buena feria que se precie, hay de todo.
El edificio triangular más famoso del mundo (me corrigen si me equivoco) es el Flatiron Building, que da nombre a la zona. El vecindario alberga al Madison Square Park. Nuevamente, arte, paisajismo, mucho verde, pero ahora le agregamos el primer local de Shake Shack, la conocidísima hamburguesería neoyorquina. Hay museos, sí: Museum of Sex, National Museum of Mathematics (a que no esperaban estos dos tan cerca, eh) y el Fotografiska NYT, dedicado a… adivinaron, la fotografía.

Chelsea
¡Amantes del arte, reuniros! Chelsea es hogar de unas doscientas galerías de artes. También hay infinidad de restaurantes, cafecitos y bares, tiendas extravagantes y spots culturales. Entre los destacados, la David Zwirner Gallery, el Rubin Museum of Art o el McKittrick Hotel, con una terraza espectacular. El muelle de Chelsea -Chelsea Piers- ofrece una caminata divertida, con pistas de patinaje, boliches y diversiones varias.
Y bueno, when in Chelsea… a visitar el Chelsea Market, un mercado con comida y productos de todo el mundo.

Hudson Yards y Hell’s Kitchen
Un barrio bastante nuevo a lo largo del río Hudson: Hudson Yards. Fiel al estilo de la ciudad, hay espacios de arte, mercados (Little Spain, un mercado donde el grandísimo José Andrés tiene restaurante) y The Edge, un mirador de cristal en paredes y techos.
En Hell’s Kitchen hay fiesta por doquier, no por nada es elegida por la comunidad LGBTIQ para sus eternas giras nocturnas. Bares, boliches, mucha música hasta el amanecer.
Midtown
Volvemos a hablar de los clásicos neoyorquinos, aquellos que conocemos incluso sin poner un pie en la ciudad. El Empire State Building, Times Square, Macy’s, Grand Central Terminal y Rockefeller Center. Todos tienen algo en común: están en Midtown Manhattan.
De estos íconos turísticos ya deben conocer bastante, así que dediquémonos a hablar de los menos conocidos. El distrito del teatro tiene ofertas para todos, no sólo musicales. Dramas clásicos, obras de vanguardia, shows infantiles; hay una opción para cada espectador.
Bryant Park es un oasis para escapar de la vorágine citadina. Tiene un carrusel (o calesita, como le digan), una pista de patinaje, juegos y muchas actividades gratuitas. La sucursal principal de la Biblioteca Pública de Nueva York se encuentra en el histórico edificio de Beaux Art en la aún más histórica Fifth Avenue, cuidada por leones de piedras.

El Edificio Chrysler, con su imponente aguja, es un gran lugar para observar la ciudad entera. Yendo para el este, oficinas de la ONU y The Secretariat Building, exponente del estilo arquitectónico modernista.
Hay rascacielos nuevo, el One Vanderbilt, que incluye experiencia inmersiva: SUMMIT. Otro gran mirador neoyorquino.
No podemos dejar de nombrar al Rockefeller Center, hogar de incontables edificios Art Decó, esculturas imponentes y miradores varios. También al Museo de Arte Moderno, visita obligada para cualquiera que pise la ciudad por primera vez.
Upper East Side
Si las compras en Tribeca o SoHo no satisfacen tu hambre de lujo, viaja directo al Upper East Side. Madison Avenue es hogar de las mejores tiendas de la ciudad: Bottega Veneta, Céline, Dolce&Gabbana, Hermes, Missoni y clásicos estadounidenses como Tom Ford y Ralph Lauren.

Al norte de Fifth Avenue se encuentra un circuito conocido como Museum Mile. Allí se encuentra arte alemán y austríaco en Neue Galerie, The Jewish Museum, El Museo Del Barrio, exponente de arte latino; el Cooper Hewitt, el Smithsonian Design Museum y el famoso Guggenheim Museum. El museo más visitado de todos es el Metropolitan Museum of Art, guardián celoso de la historia mundial: sus distintos espacios albergan momias egipcias, pinturas renacentistas, esculturas griegas y romanas.
Harlem
Ícono de la historia, política y cultura afroamericana en Estados Unidos. Harlem fue refugio de escritores, artistas, músicos y militantes como Zora Neale Hurston, Langston Hughes, Duke Ellington o Marcus Garvey, por nombrar algunos.
Vale la pena visitar el Apollo Theater, el Schomburg Center for Research in Black Culture y el National Jazz Museum. También caminar por las callecitas, ver las casitas originales de 1890 y embriagarse de las vibras artísticas que llenan el vecindario.

Para los interesados en la música gospel, Harlem es un destino obligado. Pero atención, las iglesias son lugares de adoración, no centros turísticos. Hay que ir sabiendo que uno debe quedarse durante todo el servicio y siempre queda bien colaborar a la hora de las donaciones. Algunas iglesias reciben turistas en sus reuniones: Canaan Baptist Church of Christ, First Corinthian Baptist Church o Mount Neboh Baptist Church.

Y cortamos aquí, muy arbitrariamente, porque si contáramos todo lo que hay para hacer en Manhattan, este artículo se convertiría en una Biblia. Por suerte, hay un sitio dedicado justamente a eso: https://www.nyctourism.com/new-york/manhattan/. Si van a viajar pronto a Nueva York o simplemente los invade la curiosidad, la web de New York City Tourism es de lectura casi obligatoria.