
En Sonora, cerca de Guaymas, se extiende la bahía de San Carlos, un poblado con montañas, desierto, una playa secreta y un mirador que cobró mayor notoriedad luego de que National Geographic catalogara a este destino de México como el de la «vista al mar más espectacular del mundo”.
Se trata de un paraíso natural ubicado en la costa del Mar de Cortés donde se puede disfrutar de hermosos atardeceres, gozar del océano y practicar deportes como buceo, windsurf, pesca, jetski, snorkel, nado, voleibol y fútbol.

Este impactante resort en las «maldivas mexicanas» está en una de las mejores playas del mundo
Playa Los Algodones, la increíble playa secreta de Sonora
La joya de San Carlos es la playa Los Algodones, de oleaje calmo y aguas templadas y cristalinas. Su nombre responde a las dunas de arena blanca y suave que caracterizan a este paraíso, las cuales se asemejan, justamente, al algodón.
Con una temperatura media anual de 24 °C y flora desértica con matorrales, espinosos y algunas palmas, el lugar es elegido por viajeros de distintas partes del mundo para la práctica de vela, windsurf, esnórquel y buceo.
Esta playa secreta del estado mexicano de Sonora se ubica a 4 kilómetros de San Carlos por la carretera estatal 124, a solo 15 minutos en coche de la ciudad de Guaymas y a 2 horas de Hermosillo, y cuenta además con sitios para acampar, alojamientos y hoteles con servicios confortables.

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Buceo, cultivo de perlas, y el mejor mirador del mundo
Además de por su playa Los Algodones, San Carlos es un sitio ideal para bucear, ya que en su arrecife artificial alberga un navío pesquero y un transbordador sumergidos a 20 metros de profundidad que pueden visitarse luego de conducir 30 minutos en lancha.
Además, un plan imperdible es visitar el Mirador Oceánico, ubicado a poco más de seis kilómetros de la ciudad. Desde allí se puede apreciar la majestuosidad del Mar Cortés con sus playas y sus islas, el Cerro Tetakawi, las montañas y el desierto, lo que conforma la imperdible vista que rankeó National Geographic.
La bahía también cuenta con una granja comercial donde se cultivan perlas marinas de forma artificial. Es la primera del continente americano y forma parte de una ruta en la que se da a conocer información sobre la cosecha y el cultivo de estas piedras preciosas.