
En una de las terrazas del National Eagle Center, ubicado en Wabasha, Minnesota, hay un telescopio que apunta a un banco de arena a lo largo del río Mississippi. Al mirar a través del ocular, vi dos águilas calvas descansando en la rama de un árbol, a casi 1,6 kilómetros de distancia.
“Han estado allí durante unas cinco horas”, me cuenta un miembro del personal. Las águilas calvas son conocidas por ser perezosas; solo vuelan para buscar comida. Sin embargo, esta es la primera vez que veo una en estado salvaje. Justo en ese momento, otra se eleva por encima de nosotros, proyectando una sombra impresionante con su gran envergadura. Este ha sido uno de los momentos más estadounidenses que he vivido, y la culminación perfecta de un crucero por el río Mississippi, repleto de cultura estadounidense.
Cultura, historia y arquitectura a lo largo del Alto Mississippi

La línea de cruceros Viking lanzó el Viking Mississippi en 2022. Ofrece diferentes rutas, pero la que yo tomé, centrada en el Alto Mississippi, parte de St. Louis y finaliza en St. Paul, Minnesota. Mientras cruzábamos el río de un lado a otro, a través de Missouri, Illinois, Iowa y Wisconsin, tuve la oportunidad de visitar granjas lecheras y pueblos pequeños donde las tiendas familiares todavía prosperan y el sueño americano sigue vivo.
En una excursión a Spring Green, Wisconsin, visité Taliesin, la casa donde el icónico arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright vivió casi 50 años. Ubicada en medio de 322 hectáreas de colinas onduladas, también fue su estudio y laboratorio, donde experimentó con la forma y el diseño, derribando secciones y construyéndolas de nuevo.
Al caminar por las habitaciones, vi un espacio adelantado a su tiempo, lleno de diseños que abarcan casi todas las décadas de la carrera de Wright, desde la década de 1890 hasta la de 1950. Los grabados, artefactos, árboles y flores que Wright trajo de sus numerosos viajes a Japón completan el ambiente. Hoy, los terrenos son un Monumento Histórico Nacional y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
En Hannibal, Missouri, visité la casa de la infancia del autor Mark Twain, con su icónica cerca blanca, que se dice inspiró una escena crucial de Las aventuras de Tom Sawyer. También recorrí la casa de Laura Hawkins, su novia de la infancia, quien inspiró al personaje de Becky Thatcher.
Y en Alton, Illinois, fui al Museo Nacional de los Grandes Ríos y en las Esclusas y Represa N.° 26 de Melvin Price. Allí, los visitantes pueden aprender sobre la infraestructura que le permite a los cruceros y buques de carga navegar en el Alto Mississippi.
Esta ciudad icónica del entretenimiento fue nombrada la más divertida de EE. UU.
El público ideal para un crucero por el río Mississippi

Las experiencias del apartado anterior explican por qué el pasajero promedio de Viking —el tipo de persona que podría viajar por el Danubio o cualquier otra arteria acuática europea— prefiere un crucero por el río Mississippi en lugar de los castillos y viñedos del Viejo Continente.
“Nuestros huéspedes están interesados en la historia del río, sus esclusas y los pueblos que surgieron a lo largo de sus orillas para apoyar la economía estadounidense”, me dice un portavoz de Viking.
“A bordo, te encuentras con fanáticos de la literatura de Mark Twain que están emocionados por ver algunos de los lugares descritos en sus libros, y admiradores de Frank Lloyd Wright que quieren admirar algunas de las casas que diseñó. Además, no puedes navegar por el Mississippi sin tener en cuenta el papel de la agricultura en la historia de Estados Unidos”, apunta.
Mis compañeros de viaje eran amantes de la historia. Muchos de ellos me contaron que era la primera vez que veían estas partes del corazón del país. Yo era una de las personas más jóvenes a bordo; la mayoría tenía entre 50 y 90 años o más. A pesar de ello, todos estaban ansiosos por socializar y explorar, y a menudo compartía comidas con los amigos que hice a bordo.
Aquí te ofrezco una mirada más de cerca al crucero Viking Mississippi, incluyendo descripciones de las comodidades de sus camarotes, comidas, entretenimiento, excursiones y otros detalles.
Lo que nos gustó
- La piscina infinita de la cubierta superior, donde me relajé mientras observaba a los navegantes admirar nuestro gran barco.
- The Promenade Deck, otro espacio al aire libre, me permitió realizar mis caminatas diarias mientras contemplaba el Mississippi.
- La propuesta gastronómica fue lo más destacado, ya que sus especialidades cambian constantemente y ofrece una gran variedad de opciones.
- Las excursiones van desde recorridos sencillos en autobús hasta caminatas aventureras. En otras palabras, ofrecen una variedad de niveles de actividad para los huéspedes.
Los camarotes



El Viking Mississippi tiene capacidad para 386 huéspedes y dispone de 193 camarotes con terraza o balcón para disfrutar las vistas al río. Hay varias categorías para elegir: 128 camarotes Veranda y Deluxe Veranda, 24 camarotes Penthouse Veranda, 8 camarotes con balcón francés, 16 Penthouse Junior Suites, 7 Terrace Suites y 10 Explorer Suites.
Tanto los camarotes Veranda como los Deluxe Veranda tienen 25 metros cuadrados. Estos últimos cuentan con comodidades adicionales, como binoculares, una selección de café y té y una manta tejida por Norwegian Marius, que nos están disponibles en los Veranda.
Por su parte, los camarotes Penthouse Veranda tienen 31 metros cuadrados, mientras que los French Balcony miden 27 metros cuadrados. Las Penthouse Junior Suites disponen de 37 metros cuadrados y una sala de estar, y las Terrace Suites, con 40 metros cuadrados, también incluyen una sala de estar.
Las habitaciones más grandes son las Explorer Suites, de varían entre 60 y 92 metros cuadrados. Estas ofrecen un balcón envolvente, una terraza privada, una sala de estar, un comedor y, a diferencia de las demás, un baño con ducha y bañera. Además, las Explorer Suites incluyen el paquete de bebidas Silver Spirits de Viking, que normalmente cuesta 25 dólares por día durante la duración del crucero.
Mi camarote Deluxe Veranda me pareció lo suficientemente grande, ya que tenía dos camas en lugar de una cama tamaño king, que es lo que prefiero cuando viajo sola. También tenía un escritorio, un sofá y una mesa de café, que funcionaban bien tanto para descansar como para trabajar. La terraza privada, con su mesa y sillas, fue un buen detalle. Me pareció un lugar encantador y tranquilo para ver pasar el mundo.
Bares y restaurantes

El River Café y The Restaurant son los únicos dos lugares para comer en este crucero por el río Mississippi. Sin embargo, sus menús rotativos, que a menudo incorporan platos regionales, me sorprendieron gratamente.
El River Café sirve todo tipo de platos en formato buffet, con clásicos estadounidenses y especialidades de destino. Los desayunos incluyen huevos hechos de distintas formas (la shakshuka fue un plato destacado), frutas frescas, waffles, galletas con salsa, yogur, cereales, entre otros. Para el almuerzo y la cena hay ensaladas, salmón a la parrilla, pizza, brisket, pavo con aderezo, macarrones con queso, pastas y mucho más.
La terraza Aquavit, un espacio al aire libre que está justo detrás del River Café, tiene una parrilla, con hamburguesas con queso, filetes, perros calientes, sándwiches de cerdo desmenuzado y otros platos rotativos que no se encuentran en el buffet.
El personal superó mis expectativas. Es probable que yo fuera la única pasajera que pedía café helado todas las mañanas, y siempre había alguien dispuesto a ayudarme. Me traían café helado con leche de almendras y edulcorante. De hecho, con el paso de los días, el equipo se empezó a identificarme como la “chica del café helado”.
The Restaurant, la otra opción para cenar, ofrece un menú fijo en cada comida. Su ambiente es un poco más sofisticado que el del informal River Café, por lo que, durante mi estadía, fue la opción más popular para la cena entre la mayoría de los huéspedes.
Los menús incluían platos como buñuelos de cangrejo, gallineta nórdica ennegrecida con almejas, risotto con salsa de mantequilla de naranja, cangrejo de caparazón blando frito, sopa de mariscos y pechuga de pato a la plancha. En el Viking, todas las comidas incluyen copas de vino de la casa y cerveza.
Para disfrutar de distintos tipos de cócteles, el Explorers’ Lounge es un clásico en todos los barcos Viking. Sus ventanas de piso al techo permiten ver las ocasionales tormentas eléctricas o las tranquilas puestas de sol, además de acceso a una pequeña área al aire libre en la proa.
Junto a los cócteles tradicionales como los Manhattan y los martinis, dispone de una selección de bebidas específicas de destino: julepe de menta, Old Fashioned de Wisconsin, Hurricane, sazerac, ponche de Mississippi o gin fizz de Ramos. El salón también ofrece excelentes bebidas sin alcohol, como la limonada de lavanda y coco que tomé de vez en cuando.
Excursiones en tierra
Existen numerosas opciones diarias para los viajeros. En St. Louis, por ejemplo, visité el Arco Gateway, pero otras personas optaron por hacer una visita a la fábrica de cerveza Anheuser-Busch o al Museo Nacional del Blues. En Burlington, Iowa, algunos eligieron aprender sobre la historia ferroviaria de la ciudad, mientras que otros viajaron a la cercana Nauvoo, un asentamiento temprano para los mormones. Después de que mi recorrido en bicicleta por Quad Cities se cancelara debido a una alerta por calor, elegí una visita al pabellón John Deere.
Me di el lujo de hacer una excursión a Taliesin cuando estuve en Dubuque, Iowa. Otros, en cambio, agotaron todas las entradas para las excursiones del lugar donde se rodó la película El campo de los sueños. También hubo paseos sobre la herencia noruega en La Crosse, Wisconsin, donde los huéspedes aprendieron sobre la vida de los primeros inmigrantes en el Medio Oeste y crearon piezas de arte popular. En Red Wing, Minnesota, quienes no visitaron el National Eagle Center fueron a presentaciones de cerámica o a una sidrería y bodega.
Servicios y entretenimiento

Viking ofrece un programa de charlas por las tardes y las noches, que suelen centrarse en elementos de la historia estadounidense. Es decir, historias indígenas, águilas calvas, la influencia europea en el Medio Oeste, barcos de vapor… Y la lista continúa. También hubo sesiones diarias de trivia con el director del crucero y un espectáculo nocturno de música donde varios artistas tocaron melodías folk y R&B en The Living Room, una amplia zona común del barco.
Algunas noches se ofrecieron catas de whisky o demostraciones de cócteles en el Explorers’ Lounge, además de aperitivos y champán por la tarde con los oficiales superiores del barco. Este crucero por el río Mississippi no tiene spa ni gimnasio, pero la cubierta envolvente Promenade ofrece un lugar para disfrutar de largos paseos.
Solo para mayores de edad
Todos los pasajeros deben tener 18 años el día del embarque, por lo que no hay opciones aptas para niños en ninguno de los barcos de Viking. Este crucero por el río Mississippi no tiene servicios ni instalaciones para niños.
Accesibilidad
Todos los camarotes con balcón francés del Viking Mississippi son accesibles para personas con discapacidad, al igual que una suite Explorer y un camarote Penthouse Veranda. Hay acceso por ascensor a todas las cubiertas. Algunas excursiones en tierra son accesibles para sillas de ruedas.