
El año pasado, el Aeropuerto Internacional Newark Liberty (EWR) atendió a 50 millones de pasajeros que recorrieron apresuradamente sus terminales en Nueva Jersey, rumbo a destinos cercanos y lejanos. Sin embargo, escondido en un rincón del complejo aeroportuario, un equipo se enfrenta a un desafío similar al de un complicado juego de Tetris: mantener en funcionamiento uno de los aeropuertos más transitados del país y, al mismo tiempo, planificar una reforma a gran escala para adaptar su infraestructura al siglo XXI.
«Es funcionalmente deficiente. Estamos al borde de la saturación… Y la demanda es realmente alta», comentó O’Donnell a T+L. «Nos enfrentamos a restricciones y limitaciones de capacidad, y eso es algo que queremos superar».
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Esta no es la primera gran remodelación que lleva a cabo la Autoridad Portuaria. El Aeropuerto LaGuardia de Nueva York (LGA) ya pasó por una transformación significativa, y el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy (JFK) está en proceso de otra. Se han aprendido lecciones valiosas en el camino.
«Creo que el tráfico vehicular fue probablemente la principal consecuencia en LaGuardia», explicó O’Donnell. «Esto nos llevó a asegurarnos de tener medidas sólidas para mitigar el tráfico antes de comenzar la construcción».
Para lograrlo, se trabaja con el departamento de policía para determinar dónde agregar recursos, preparar grúas en caso de averías y comprender los horarios de los vuelos para saber cuándo el aeropuerto está más concurrido.
Rick Cotton, director ejecutivo de la Autoridad Portuaria, enfatizó que la remodelación «va más allá de construir nuevas terminales; se trata de rediseñar toda la experiencia de viaje». «No solo construimos para el presente: estamos sentando las bases para una infraestructura que servirá e inspirará a los viajeros del futuro», añadió.

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Proyectos principales en el Aeropuerto Internacional de Newark
Terminal B
La Terminal B, una de las más antiguas del aeropuerto, data de principios de los años 70. Aunque ha sido renovada en ocasiones, su antigüedad es evidente en varios aspectos, como los puestos de control de la TSA, los quioscos de facturación limitados y las escasas cintas transportadoras de equipaje.
La planificación del programa para su renovación, que la Autoridad Portuaria acaba de iniciar, se espera que dure hasta dos años. Solo entonces podrá comenzar la construcción. D’Apuzzo, de la Autoridad Portuaria, estima un plazo de 10 años para reemplazar la Terminal B y las carreteras del aeropuerto.
El enfoque implica pensar como contratistas, considerando cómo abordar la construcción en este entorno y planificando cada parte del proyecto para minimizar el impacto en el funcionamiento del aeropuerto.
Como parte del plan, anunciado por primera vez en octubre, la Autoridad Portuaria está trabajando en la sustitución completa de la Terminal B y el AirTrain, mejorando al mismo tiempo la Terminal C. Estas mejoras se basan en el progreso iniciado con la nueva Terminal A, inaugurada en enero de 2023.

Tren Aéreo
El actual sistema AirTrain es una reliquia de los años 90, y está sobrepasado. La solución es reemplazarlo completamente. «El AirTrain está entrelazado con todos estos elementos y necesita ser reconfigurado», explicó D’Apuzzo.
«No podemos cerrar las obras hasta que construyamos algo nuevo, pero debemos hacerlo después de desmantelar el AirTrain actual. Hay muchas tareas que podemos comenzar, como reubicar la planta de calefacción y refrigeración central, y construir secciones de la nueva terminal en las áreas de aparcamiento», añadió D’Apuzzo.
Terminal C
La Terminal C es parte del plan a largo plazo de Newark. Aunque fue renovada hace unos 20 años, podría necesitar más actualizaciones. Una Terminal C completamente nueva podría tardar unos 20 años en materializarse.
Mientras tanto, mejorar la experiencia en la Terminal C es esencial para extender su vida útil. Estas mejoras podrían incluir la eliminación de un conector para permitir puertas más grandes y expandidas.
«Hay elementos que estamos incorporando a la Terminal B que podríamos aprovechar para modificar la Terminal C», comentó D’Apuzzo.
En resumen, la modernización del Aeropuerto Internacional Newark Liberty no es solo una ambición, sino una necesidad imperiosa para asegurar que pueda soportar el crecimiento del tráfico en el futuro, ofreciendo una experiencia de clase mundial a sus viajeros.