Me da un poco de vergüenza admitir que cuando llegué a la estación de tren en Durango, Colorado, para el paseo en The Polar Express, nunca había leído el libro. Sabía que existía y que había sido convertido en una película, pero no estaba al tanto de la magia que todos en la estación parecían sentir. Los niños, vestidos con pijamas navideños, saltaban de emoción, los padres tomaban fotos y todos hablaban del viaje que se avecinaba: un viaje que nos llevaría al Polo Norte en el icónico tren ‘Polar Express’.
Mientras esperábamos en la plataforma a que llegara el tren, mi hija de 3 años sostenía su boleto dorado y observaba la escena. Parecía tan sorprendida y abrumada como yo. Esa sensación desapareció cuando el tren de vapor antiguo apareció en la curva. Una nube de vapor se elevó hacia el oscuro cielo nocturno y ambas nos quedamos boquiabiertas. Ella gritó: “¡Santa!”, agitando los brazos con emoción, y sentí cómo me recorrían escalofríos. El primero de muchos que sentiría esa noche.
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El conductor salió al aire frío de Colorado y comenzó a relatar la icónica historia, dándonos la bienvenida a todos a un viaje al Polo Norte. La historia de The Polar Express continuó en nuestro acogedor vagón, decorado con luces y adornos navideños. Los chefs a bordo bailaban por el pasillo al ritmo de música festiva, interpretando escenas de The Polar Express mientras se leían fragmentos a través del altavoz. Nos sirvieron chocolate caliente y galletas mientras partíamos de la estación y comenzábamos nuestro viaje hacia el norte por el valle, enmarcado por las majestuosas Montañas San Juan.
Después de unos 30 minutos, apareció “el Polo Norte”. Las ventanas se abrieron y todos se estiraron para ver el mágico pueblo de luces y elfos danzantes. Cuando vimos al Sr. y la Sra. Claus en un campo nevado, el vagón entero estalló en un frenesí, incluidas mi hija y yo.
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De regreso a la estación, Santa caminó por cada vagón, entregando una campanita plateada a cada pasajero, “el primer regalo de Navidad”. Cuando llegó nuestro turno de recibir a Santa, todos en el vagón guardaron silencio, observando con calma cómo Santa entregaba una pequeña campana a cada uno.
Al regresar al centro de Durango y a la estación, todos se dirigieron al museo ferroviario contiguo, donde Santa se tomó su tiempo para escuchar los deseos navideños de cada niño y tomarse fotos.
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Fue el final perfecto para una noche que logró envolver a todo el grupo en un poco de magia navideña. Incluso yo no pude negar la magia de The Polar Express, un viaje y una historia que se convertirá en parte de nuestra tradición anual de las fiestas.
El viaje en tren de The Polar Express en Durango es guiado por una locomotora de vapor vintage que recorre una vía férrea histórica de ancho reducido a través de las nevadas montañas de Colorado. Este viaje especial con temática de Polar Express está disponible hasta el 4 de enero de 2025, con tarifas que comienzan en 39 dólares para adultos (y niños de 12 años en adelante) y 29 dólares para niños de 2 a 11 años.
Tras el fin de la temporada de Polar Express, el tren sigue operando notablemente a través de los pasos de montaña entre Durango y Silverton, Colorado.
