El turismo espacial, ¿un futuro con viajes asequibles a la Luna?
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La idea de viajar al espacio ya no es solo cosa de astronautas ni de ciencia ficción. En los últimos años, algunas compañías privadas han hecho realidad los viajes suborbitales y orbitales para particulares, lo que plantea la pregunta: ¿podremos pronto viajar a la Luna de forma “asequible” para personas fuera de los programas gubernamentales? A continuación repasamos lo que se sabe hasta ahora, qué experiencias hay, quién está trabajando en las misiones lunares comerciales y los obstáculos económicos a superar.

El turismo espacial que ya se ha realizado

Una de las primeras empresas en llevar turistas al espacio fue Virgin Galactic. Fue en agosto de 2023 y estuvo lejos de llegar a la Luna. Unos cuantos pasajeros pagaron (muy caro) un billete para darse un paseo por el espacio suborbital durante unos seis minutos. Volaron alto, pero el espacio suborbital es el punto límite con la atmósfera terrestre, el lugar donde comienza oficialmente el espacio. Quedaron lejos de nuestro satélite.

Por su parte, Blue Origin también ha lanzado varios vuelos en esa zona suborbital. En concreto, su cohete New Shepard ha conseguido que algunos pasajeros sobrepasen la línea de Karmán, situada a unos 100 kilómetros de la superficie terrestre. Al traspasar este punto, los tripulantes de la nave llegan a ver la curvatura de la Tierra e incluso experimentan la ingravidez. Estos viajes, que solo duran unos minutos, cuestan cientos de miles de dólares.

Por último, la compañía World View ofrece una experiencia intermedia. Mediante el uso de globos, pretenden llevar a los viajeros a unos 30.000 metros de altura, espacio considerado la estratosfera. Desde ahí también se aprecia la curvatura de la superficie terrestre y la oscuridad del cielo. Estos vuelos cuestan unos 50.000 dólares por asiento.

Como se aprecia, los tres ejemplos ofertan viajes a zonas espaciales aún muy alejadas de la Luna.

Los proyectos que miran a la Luna

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Quizá el proyecto más conocido sea el programa Artemis, desarrollado por la NASA. Se trata de la gran apuesta del gobierno estadounidense para volver a llevar a astronautas a suelo lunar desde 1969. Esta vez, la intención es establecer una presencia sostenida, explorar el Polo Sur lunar y preparar el camino para futuras misiones más ambiciosas, como la llegada a Marte.

En particular, la misión Artemis II, prevista para comienzos de 2026, llevará tripulantes alrededor de la Luna, pero aún sin descender. Su objetivo es desarrollar la tecnología de transporte y vida en el espacio. Como consecuencia de estas misiones, se han adjudicado contratos para desarrollar sistemas de aterrizaje humanos (lander) y los vehículos que permitan transportar carga en la superficie lunar. Empresas como SpaceX y Blue Origin están siendo consideradas en estas tareas.

¿Es asequible o viable el viaje a la Luna?

Para poder considerar asequible el viaje a la Luna hacen falta una serie de factores que aún están lejos de cumplirse. El primero y más obvio es el enorme coste del transporte. Enviar humanos a la Luna requiere cohetes muy potentes, infraestructura costosa, sistemas de soporte vital, protección contra radiación, etc. Todo esto hace que los costos sean astronómicos (nunca mejor dicho).

El ejemplo más claro son los viajes de Virgin Galactic o Blue Origin explicados más arriba. Cuestan cientos de miles de dólares y ni siquiera se acercan a la atmósfera lunar.

Por otro lado, está la infraestructura necesaria en la superficie lunar para que haya turismo, también lejos de ser una realidad. Se necesitarán alojamientos, comunicaciones, suministro de energía, retorno seguro, etc. Nada de esto está todavía plenamente operativo para pasajeros civiles. Entre los objetivos de las misiones Artemis está comenzar estas edificaciones, pero quedan lejos de ofrecer paquetes turísticos.

También hay que tener en cuenta el estado de salud de los pasajeros que quieran llegar a nuestro satélite. El entrenamiento que realizan los astronautas como preparación para sus misiones es uno de los más exigentes que existen. No todo el mundo podrá hacer el viaje y se necesitarán grandes gastos médicos para la puesta a punto.

Por último, la demanda aún no es significativa, por lo que es imposible abaratar costes. Hay muy pocos pasajeros dispuestos a hacer viajes espaciales. El precio es demasiado abultado para la inmensa mayoría de las personas.

Perspectivas de futuro

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Aunque nadie puede asegurar una fecha exacta, con lo que se sabe ahora, lo siguiente parece plausible:

  • En la década de 2030 podrían aparecer las primeras misiones comerciales lunares con pasajeros no astronautas, en colaboración público-privada.
  • Los precios inicialmente serían altísimos: decenas de millones de dólares por pasajero al principio, reduciéndose gradualmente si la tecnología mejora, los lanzadores se vuelven reutilizables, y si se incrementa la frecuencia de misiones.
  • Podrían surgir primero modelos híbridos: órbitas lunares, vuelos alrededor de la Luna sin alunizaje, estadías muy breves en la órbita lunar o estaciones lunares, antes de caminar por la superficie.
  • Las agencias y compañías que lideran la carrera (NASA, SpaceX, Blue Origin) han lanzado ya proyectos de desarrollo de aterrizadores lunares, hábitats y movilidad lunar (rovers, vehículos pressurizados).