
Durango, radicado en el norte de México, es un estado de contrastes geográficos y culturales. A este rincón se lo conoce por sus vastos desiertos, sierras, y una rica historia ligada al cine y la minería. Los Pueblos Mágicos de Durango, reconocidos así por el gobierno mexicano por su herencia cultural, tradiciones y belleza natural, son ideales para explorar durante las vacaciones de verano.
Entre estos Pueblos Mágicos se encuentran Mapimí y Nombre de Dios, dos localidades que representan la esencia de Durango. Ambos son hogar de una vasta variedad de actividades que permiten a los visitantes conectarse con el pasado y el presente de este estado.

Los Pueblos Mágicos de Durango para visitar en verano: así es Mapimí
Mapimí, fundado en 1598, es uno de los Pueblos Mágicos de Durango que destaca por su profundo vínculo con la minería. Durante la época colonial, la región fue un punto estratégico en el Camino Real de Tierra Adentro. Esto debido a que fue la ruta comercial que unía la Ciudad de México con el norte. Aunque la minería ya no es la principal actividad económica, el legado de esta industria sigue presente en los monumentos y estructuras que se conservan en el lugar.
Entre los principales atractivos para visitar este verano de Mapimí se encuentran:
- Puente de Ojuela: esta colosal estructura colgante, que une dos cerros, es uno de los símbolos más emblemáticos del pueblo. Originalmente utilizado para transportar minerales desde las minas, hoy es un sitio turístico donde se pueden realizar actividades como tirolesa y rápel.
- Mina de Ojuela: los visitantes pueden explorar los túneles de la antigua mina, donde se extraían metales preciosos como plata y oro. La mina cuenta con más de 450 kilómetros de túneles que solo pueden ser visitados con guías especializados.
- Zona del Silencio: cerca de Mapimí se encuentra esta misteriosa área, famosa por fenómenos electromagnéticos inusuales. Aunque se requiere de un guía para visitarla, es un lugar que despierta la curiosidad de aquellos interesados en lo inexplicable.
- Sierra del Sarnoso: esta área natural es ideal para los amantes de la aventura y el senderismo. Sus formaciones rocosas y paisajes desérticos ofrecen un contraste impresionante con el entorno urbano.
En tanto, Mapimí también cuenta con varios edificios históricos como la Iglesia de Santiago Apóstol y el Museo Benito Juárez, que alberga objetos y documentos históricos de la región. Además, el pueblo fantasma de La Ojuela es una visita obligada para aquellos interesados en la arqueología industrial y la historia de la minería en México.

Nombre de Dios, el pueblo más antiguo de Durango
El segundo de los Pueblos Mágicos de Durango, Nombre de Dios, es conocido por ser la localidad más antigua del estado. Fundado en 1562 como una villa franciscana, este pueblo conserva un gran número de edificios coloniales y religiosos que reflejan su importancia en la historia de la Nueva Vizcaya, la primera provincia del norte de la Nueva España.
Entre los principales sitios de interés en Nombre de Dios se encuentran:
- Ex Convento de San Francisco: este edificio, que data de la época colonial, es uno de los principales atractivos arquitectónicos del pueblo. Su capilla y claustro son testigos de la historia religiosa de la región.
- Cascadas El Saltito: un cambio drástico en el paisaje desértico de Durango, estas cascadas de 20 metros de altura son un oasis natural que permite a los visitantes disfrutar de un chapuzón en verano.
- Balneario Ojo de Agua de San Juan: este espacio recreativo es ideal para relajarse y disfrutar de las aguas termales de la región, rodeado de un paisaje natural apacible.
- Hacienda de San Quintín: esta hacienda colonial es un testimonio del pasado agrícola de la región y ofrece a los visitantes la oportunidad de explorar sus instalaciones y conocer más sobre la vida rural de Durango.
Además de sus atractivos históricos y naturales, Nombre de Dios también es conocido por su gastronomía local. Los visitantes pueden degustar platillos tradicionales como las gorditas rellenas, el mezcal artesanal, y una variedad de dulces cristalizados. Este pueblo también se destaca por la producción de queso asadero y conservas de frutas, lo que lo convierte en un destino culinario para aquellos interesados en la cocina regional.