
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, situado en el Paseo del Prado de Madrid, es uno de los museos más importantes de la capital española. Con una colección que abarca más de siete siglos de historia del arte, el museo resguarda una amplia y variada selección de obras que van desde los primitivos italianos hasta el arte del siglo XX.
Así, la colección del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, radicada en el palacio de Villahermosa se distingue por su diversidad y por la calidad de sus obras, ofreciendo un panorama casi completo de la historia de la pintura occidental.

Obras maestras e infaltables del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
En una visita breve, es posible apreciar algunas de las joyas de la colección, organizadas cronológicamente y por escuelas artísticas. Esto facilita una comprensión global del desarrollo de la pintura a lo largo de los siglos.
Los primitivos italianos y el Renacimiento
- «Cristo y la Samaritana» de Duccio di Buoninsegna: representa un ejemplo notable de la pintura religiosa del siglo XIV. Caracterizada por su uso característico del dorado y la perspectiva primitiva.
- «Retrato de Giovanna Tornabuoni» de Domenico Ghirlandaio: este retrato es emblemático del arte renacentista italiano. Muestra la evolución en la representación del individuo y el uso del espacio.

El Renacimiento y el Barroco
- «Joven caballero en un paisaje» de Vittore Carpaccio: una obra que ejemplifica la transición del estilo gótico tardío al Renacimiento temprano, notable por su detallado paisaje.
- «Venus y Cupido» de Rubens: una pieza clave del Barroco flamenco. Aquí se puede apreciar la maestría en el uso del color y el dinamismo de las figuras.
- «Santa Catalina» de Caravaggio: este cuadro muestra la técnica del claroscuro y el realismo dramático que caracterizan el trabajo de Caravaggio, uno de los grandes maestros del Barroco.
El siglo XVIII y el Romanticismo
- «Vista de Delft» de Johannes Vermeer: aunque más conocido por sus interiores domésticos, esta obra de Vermeer ofrece una rara vista del paisaje urbano holandés. Captura con precisión y un uso magistral de la luz.
- «Chica con una pandereta» de Jean-Baptiste-Camille Corot: representa el estilo más lírico del Romanticismo francés, con su enfoque en la simplicidad y la belleza natural.
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Obras modernas en el palacio de Villahermosa
El Impresionismo y el Postimpresionismo
- «La Anunciación» de Paul Gauguin: una obra que muestra la transición de Gauguin hacia un estilo más simbólico y primitivista, con colores vibrantes y composiciones audaces.
- «El puente de Waterloo» de Claude Monet: ejemplo clásico del Impresionismo, con su énfasis en la captura de la luz y la atmósfera sobre los detalles precisos.
El siglo XX y las vanguardias
- «Les Vessenots en Auvers» de Vincent van Gogh: refleja la evolución de Van Gogh hacia un estilo más expresivo y emocional. Se luce con pinceladas visibles y colores intensos.
- «Harlequin with a Mirror» de Pablo Picasso: una obra representativa del período Rosa de Picasso, mostrando su interés por el tema del circo y los arlequines.
- «Mujer en el jardín» de Fernand Léger: ejemplo del Cubismo y la exploración de las formas geométricas y los volúmenes.

El arte contemporáneo
- «Hotel Room» de Edward Hopper: captura la soledad urbana y la alienación, temas recurrentes en la obra de Hopper, con su característico estilo realista y atmosférico.
- «El gran canal de Venecia» de Wassily Kandinsky: refleja la transición de Kandinsky hacia la abstracción pura, con un uso audaz del color y la forma.