
El Valle de Uco es un destino preciado por los viajeros que disfrutan del enoturismo. La naturaleza envolvente y austera, el silencio absoluto, la Cordillera imponente mirando de cerca cada rincón, se combinan con algunas de las mejores bodegas del mundo. Pero, incluso siendo una región de renombre internacional, su oferta de hospitalidad sigue siendo reducida. Entre sus pocas opciones, hay una conocida por todos los viajeros: Casa de Uco.
Casa de Uco Vineyards & Wine Resort, el nombre completo del proyecto, se ubica en una finca de 320 hectáreas donde reinan los viñedos, interrumpidos por algunas villas, una gran bodega y el hotel, claro. La propuesta surge del deseo de sus visitantes: no quieren conocer el Valle de Uco, quieren vivirlo. El resort acaba de ser nombrado como uno de los mejores de América del Sur Condé Nast Traveler’s 2024 Reader’s Choice Award.
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El hotel
La rusticidad y austeridad del entorno no implican que uno deba sacrificar lujo, y en Casa de Uco lo saben. Mimetizado con el ambiente, como para no molestar a la visual, la propiedad ofrece siete cuartos, nueve suites y tres villas. El estilo es minimalista, elegante, pero poco pretencioso. Reinan materiales como la madera, las rocas nativas y el granito: aportan calidez y ayudan a integrar los espacios con el ambiente.

“No fue fácil construir en un espacio semidesértico, donde no había nada más que un paisaje abierto e interminable. Así que pensé en crear algo similar a los movimientos telúricos, de los cuales surge una gran losa, como si el edificio fuera un producto natural de la tierra. De esta manera, el hotel se integra completamente en la topografía del terreno”, declara Alberto Tonconogy, Architectural Project Creator.
Casa de Uco es también conocido por su spa único, donde utilizan aguas locales y hasta productos a base de vino para sus tratamientos. Hay saunas de distintos tipos, baños de hidroterapia, salas de tratamiento, espacios para relajarse y también ejercitar. En los exteriores, una piscina imponente con vista a Los Andes, un lago y jacuzzi.
Otras de las actividades favoritas de los huéspedes incluyen partidos de tenis, cabalgatas por los viñedos, trekking y pedaleadas por la montaña. Para quienes prefieran los interiores, ofrecen clases de cocina y degustaciones de vino, para conocer la región a través de un par de copas.

El restaurante
En Mendoza solemos hablar constantemente de vinos, pero la comida es igual de importante. El hotel ofrece un menú que hace homenaje al Valle de Uco, utilizando sus productos que provienen de su propia huerta orgánica o de otros productores vecinos. Además de una serie de platos de carácter internacional -aunque con identidad cuyana-, el hotel es famoso por su sector de fuegos, donde muestran la preparación argentina por naturaleza: el asado.
La propuesta gastronómica de Casa de Uco se completa con un bar imponente, algo poco visto en la zona. La carta de cócteles fue diseñada por Renato Giovannoni, de Florería Atlántico, uno de los bartenders más aclamados de Argentina y el mundo.

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Los viñedos
Un proyecto de esta magnitud en Valle de Uco debe tener una bodega a la altura. Se cae de maduro. Y aquí es donde Casa de Uco vuelve a dar en la tecla, trabajando con algunos de los especialistas en viticultura más respetados en todo el mundo, como el señor Alberto Antonini. Así, quienes sean propietarios de algunas hileras (o si son afortunados, algunas parcelas) de viñedos en la finca, saben que tienen la consultoría de los mejores profesionales.

En cuanto a la producción, la bodega incluye tecnología moderna y materiales de trabajo del primer nivel; además de espacios para relajarse, realizar degustaciones o eventos alrededor del vino, por qué no. El espacio aún está terminándose y muy pronto abrirá sus puertas para el público de Casa de Uco.