
Poner un pie en Edition Madrid es algo así como llegar a una fiesta en la casa de alguna celebridad: todo es fotogénico, el ambiente es ideal, la buena música está en cada rincón y su personal sabe cómo hacerte sentir especial.
El hotel abrió sus puertas en abril del 2022, pasada la pandemia, en una ciudad que volvía a brillar y que necesitaba disfrutar, volver a sentir y a reunir gente en su nombre.
Hola, Madrid: cómo es irse a vivir (dos meses) a otra ciudad
Está situado en pleno centro de la ciudad, a pasos de la Gran Vía, del Mercado de San Miguel y de la Plaza Mayor. Desde que ingreso al Edition Madrid, todo está impregnado por su fragancia. Un olor a té negro suave, y apenas dulce, que sube desde su majestuosa escalera caracol blanca -y que vista desde arriba, parece el interior de una concha de mar-.

No más hoteles aburridos
Con la idea de romper con la rigidez de un hotel de lujo, sin perder el lujo, Ian Schrager -quien también fue el creador del mítico Studio 54 con Andy Warhol- se reinventó de esa época alocada creando el concepto de hotel Boutique. “No más hoteles aburridos, masivos y despersonalizados”, dijo en alguna entrevista; y creó los Edition, cuidadosos con ambientes donde suceden situaciones culturales, sociales y que también tengan restaurantes de moda dentro. En definitiva, un lugar del que nadie quiere salir.
De la mano del arquitecto John Pawson y el artista Francois Champsauir, en el Edition Madrid hay mucho interiorismo. Predomina el blanco y la madera, las luces cálidas y los objetos de diseño. El espíritu moderno y joven de sus espacios se siente desde el lobby, que quiso ser un gran living que recibe a tanto a los huéspedes como a los locales sin distinción para que tomen un cocktail en la gran barra, trabajen en una mesa más de dos metros de largo o jueguen al pool en la mesa de paño azul bajo el mismo techo, compartiendo la misma música y sonido ambiente. Todo fue pensado para interactuar, para ser un hotel social y con vida propia.

En la primera planta hay una boutique repleta de joyas de artesanos locales, con una curaduría digna de una tienda de museo: libros, muebles, bolsos, anillos, collares, velas y accesorios. Todos seleccionados con el criterio que rige en el hotel: elegancia, estética, modernismo y alegría. “Es la primera tienda de Edition de este estilo en todo el mundo, con cápsulas exclusivas hechas por artistas como la madrileña Coco Sabes”, comenta la encargada del lugar.
La entrada lateral al hotel tiene un portón barroco, una obra que el arquitecto Pedro de Ribera diseñó en el siglo XVIII para el antiguo edificio (y que inspiró el marco de todos los respaldos de las camas del hotel). Por esta puerta, a través de un pasillo con luz rosa, se llega al restaurante Jerónimo, del chef mexicano Enrique Olvera, dueño del galardonado Pujol mexicano.

En su rooftop, una piscina enorme nos regala la vista del centro madrileño y la sensación de estar en el paraíso. Junto a él, podemos comer un cebiche en el restaurante Oroya, inspirado en un jardín de invierno, repleto de plantas, techos de vidrio y dirigido por el chef peruano Diego Muñoz. Su sublime carta de tragos y piscos fue confeccionada por el bartender Matteo Bernardo. En ese último piso también hay dos penthouses, Madrid de 469 mt2 y Ópera de 269mt2, con las mejores vistas de la ciudad.
Y al llegar a la habitación, una de las 200 que están distribuidas en sus cuatro plantas, la panacea: la suavidad y el peso justo de los edredones en la cama relajan todo el cuerpo. Para completar el sueño del bon vivant, el spa ofrece los mejores tratamientos, un sauna inmenso y un gimnasio de última tecnología.