En esta ciudad extremeña, las murallas árabes, los palacios renacentistas y las plazas medievales conviven con una vida cultural sorprendentemente dinámica. Sus calles empedradas revelan un patrimonio que ha permanecido intacto durante siglos, al tiempo que dialogan con un presente creativo que abraza el arte contemporáneo, la gastronomía innovadora y la autenticidad propia de los destinos que no necesitan artificios para cautivar.
Su centro histórico, una maravillosa sucesión de calles y plazas medievales, nos transporta a épocas pasadas. Posee palacios, iglesias y torres, unas esbeltas y vigilantes, otras desmochadas.
Entre sus murallas árabes, conserva el segundo mayor aljibe del mundo, un barrio judío, los restos de los primeros asentamientos romanos y un conjunto arquitectónico medieval y renacentista único y perfectamente conservado.
Es una ciudad llena de vida y con una amplia oferta cultural y de ocio, con propuestas como el Festival Womad (en 2025 ha cumplido su edición número 32), la Semana Santa (Fiesta de Interés Turístico Internacional desde 2011), el Festival de Teatro Clásico, el Festival de Flamenco (ha alcanzado la edición 51 este año), el Festival Internacional de Música, el Festival de Cine Español, el Festival Extremúsika, el Mercado Medieval de las Tres Culturas o el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear.
Sus calles han sido un gran escenario de cine en numerosas ocasiones. La productora estadounidense HBO ha rodado capítulos de la séptima temporada de ‘Juego de Tronos’ y dos temporadas de su precuela ‘La Casa del Dragón’. Los actores y el personal de producción de estas series de éxito mundial han vivido y desarrollado su actividad profesional inmersos en una ciudad capacitada para acoger grandes producciones. En su conjunto monumental se han rodado igualmente series nacionales como ‘Isabel’ y ‘La Catedral del Mar’.
“Extremadura ofrece un extra de cultura, patrimonio, gastronomía, naturaleza y deporte. Una combinación que hace de ella un destino singular y extraordinario”.
Cáceres es también una capital gastronómica de primer nivel. En numerosos restaurantes de la ciudad se rinde culto a la gastronomía extremeña y a los productos certificados por las Denominaciones de Origen de la región, como los quesos, el ibérico ‘Dehesa de Extremadura’, el aceite de oliva o el pimentón de La Vera.
Como ocurre en otras ciudades y pueblos de la región, la capital cacereña ha sabido preservar su patrimonio histórico, sus tradiciones y su naturaleza sin descuidar la modernidad. Abundan los ejemplos de esta combinación de autenticidad y vanguardia en un lugar que ha conservado su herencia medieval y su Semana Santa, pero que abraza proyectos como el Festival Womad, el Museo Helga de Alvear, convertido en una de las referencias del arte contemporáneo en España, o el restaurante Atrio, el único con tres estrellas Michelin en Extremadura.
Su condición de destino turístico sostenible no es retórica vacía. Se trata de una de las pocas ciudades europeas que cuenta con una ZEPA (Zona Especial de Protección para las Aves) en pleno centro histórico, donde es fácil ver el vuelo de cigüeñas, golondrinas y vencejos, y en cuyo término municipal existe más de una veintena espacios ricos en flora y fauna pertenecientes a la Red Natura 2000.
Una alternativa a la masificación
Con el objetivo de ser Capital Europea de la Cultura 2031, la Junta de Extremadura, el Ayuntamiento y las Diputaciones de Cáceres y Badajoz se han unido en un consorcio que trabaja en la candidatura de Cáceres, un proyecto de región, no solo de ciudad, que quiere impulsar la imagen de una Extremadura extraordinaria y su capacidad de gestión cultural y patrimonial.
Otra aspiración de la ciudad es convertir la cueva de Maltravieso, en pleno casco urbano y donde se han hallado huellas de manos con más de 67,000 años, consideradas las pinturas rupestres más antiguas del mundo, en Patrimonio Mundial. Para ello, las autoridades extremeñas trabajan en una candidatura conjunta con la cueva de Escoural, en Portugal, donde también hay evidencias arqueológicas esenciales para comprender el inicio de la creación del arte rupestre.
Estos argumentos hacen de Cáceres y, por supuesto, de Extremadura, un destino único y una alternativa a la masificación, las grandes ciudades y los destinos de playa. Un lugar que ofrece descanso y acción, sosiego y sorpresa, donde lo cotidiano se transforma en excepcional e inesperado, sorprendiendo al viajero con su riqueza cultural.
Cada experiencia en esta tierra deja una huella imborrable en quienes la visitan.
