
Cuando llega el otoño, los bosques de Cataluña se tiñen de oro, naranja y marrón, y surge una actividad que combina tradición, naturaleza y gastronomía: la búsqueda de setas (o bolets). Realizar esta afición en uno de los pintorescos pueblos micológicos de la región se convierte en una escapada auténtica. A continuación, te presentamos tres localidades con solera en esta práctica —y mucho más— para que planifiques una ruta entre cestas, bosques y platos.
Bagà (Berguedà)

En la comarca del Berguedà, en pleno Prepirineo barcelonés, se encuentra Bagà, un pueblo con encanto que reúne tradición micológica, naturaleza exuberante y patrimonio. En los bosques cercanos a Bagà e Gisclanery se encuentran níscalos, llanegas, rovellones de abeto, ruiseñores, cepas, senderuelas, moixernós y frioleros.
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En cuanto a la recolección de setas, tras las lluvias el entorno de pinos y robles de la comarca de Berguedà se activa para la salida de boletus edulis, robellones y otras especies. Los buscadores aprecian especialmente los senderos del Parque Natural del Cadí-Moixeró. De ahí, al plato, muchos restaurantes de la zona ofrecen «rogellets de bolets», revueltos de setas o guisos de boletus con huevo.
Además, Bagà ofrece un casco histórico medieval considerablemente bien conservado. Callejones adoquinados, casas antiguas y un interesante Centro Medieval sobre los Cátaros.
Castellar de n’Hug / La Pobla de Lillet (Berguedà / Solsonés)

Más hacia el centro de Cataluña, entre los bosques del Solsonès y del Berguedà, encontramos a Castellar de n’Hug y La Pobla de Lillet, pueblos que combinan encanto rural, naturaleza y micología. Los bosques cercanos producen níscalos, pinetells, negrillas, crestas de gallo y setas blancas.
Se trata de una zona de pinares húmedos y hayedos donde encontrar boletus edulis y rossinyols, dos especies muy valoradas para la gastronomía. Entre las recetas más buscadas de la gastronomía local centrada en los hongos hay delicias como el «arròs de bolets», setas salteadas con aceite de arbequina y huevos de corral o postres preparados con crema de níscalos.
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Después de probar alguno de estos platos, es recomendable pasearse por el pintoresco Jardín Artigas, diseñado por Antoni Gaudí e inaugurado entre el 1905 y el 1906. También destacan las bonitas rutas senderistas de la zona del Solsonès, perfectas para la recogida de setas en otoño y con rutas menos masificadas que en otros puntos de Cataluña.
Poblet / Vilanova de Prades (Montañas de Prades, Tarragona)

En el sur de Cataluña, en la sierra de Prades, Vilanova de Prades (y el cercano entorno de Poblet) emergen como destino micológico auténtico. Según un manual de gestión micológica de la Generalitat, en el bosque de Poblet se estiman más de 1.000 especies de hongos, destacando el rovelló en otoño.
Si quieres salir a «cazar bolets», en los pinares y robledales de la zona se encuentran níscalos, rovellones y llenegues. Aprovecha la salida para darte una vuelta por la «ruta de les Masies», llena de vistas espectaculares del Baix Camp. Además, en la zona se encuentra el Monasterio de Santa María de Poblet, un monumento Patrimonio de la Humanidad realmente recomendable.
Para recuperar fuerzas después del paseo, se pueden degustar «bolets de Prades al caliu», setas al horno con patatas, ajo y aceite acompañadas con los buenos vinos locales.
Consejos útiles para una ruta micológica
- Infórmate previamente sobre las condiciones de recolección: en Cataluña existe normativa sobre micología, incluidas ferias micológicas como la Fira de la Llenega de Cardona o la Fira del Rovelló de Coll de Nargó.
- Lleva cesto, navaja especial para setas y calzado adecuado: la humedad y el terreno resbaladizo requieren precaución.
- Atiende a la identificación: algunas especies son comestibles y otras muy venenosas. En Cataluña destacan especies codiciadas como el boletus edulis (cep) y el robellón.
- Haz combinaciones inteligentes: recolección de setas por la mañana + almuerzo micológico + paseo cultural por el pueblo = plan perfecto de otoño.
- Respeta el entorno: no arranques setas que no vayas a usar, evita pisar el sotobosque y sigue senderos señalizados.







