
La empresa de viajes sostenibles Natural Habitat Adventures se ha asociado con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) para llevar a viajeros a lugares remotos amenazados por el calentamiento global. Los tours visitan Groenlandia, el Ártico y el Amazonas, con el objetivo de generar conciencia y crear más defensores del medio ambiente.
La alianza entre Natural Habitat Adventures, una de las principales compañías de viajes de conservación, y el WWF, lleva a viajeros con conciencia ecológica a regiones amenazadas por el cambio climático, permitiéndoles además compensar su huella de carbono durante todo un año.
El programa «Cambio Climático y Nuestro Mundo Salvaje» ofrece a los viajeros una visión directa de tres regiones que están sufriendo los peores impactos de la crisis climática: Groenlandia, el Ártico y el Amazonas.

Los polos son el epicentro de la crisis climática, con temperaturas en el Ártico que se espera aumenten 4 grados Celsius (7.2 °F) en los próximos 50 años, al menos el doble del promedio mundial. Mientras tanto, la selva amazónica —uno de los ecosistemas más diversos del planeta— está siendo afectada por incendios forestales impulsados por el cambio climático y la deforestación.
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El primer tour de 2025, previsto para agosto, llevará a los viajeros a la costa este de Groenlandia, prácticamente deshabitada y rara vez visitada, donde podrán presenciar cómo el derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia se acelera debido al cambio climático provocado por el ser humano, contribuyendo al aumento del nivel del mar.

A principios de noviembre, el tour por el Ártico explorará el norte de Canadá, donde la reducción de la capa de hielo está empujando a los osos polares hacia la extinción. Esta época del año presenta la mayor concentración de osos polares cerca del pueblo de Churchill, Manitoba, ya que se congregan para iniciar su temporada de caza invernal.
El viaje al Amazonas, que comenzará a finales de noviembre, explorará las cabeceras del río en la Reserva Pacaya Samiria, un santuario de vida silvestre de 5 millones de acres en la ladera oriental de los Andes, hogar de delfines rosados de río, guacamayos escarlata, perezosos y monos saki de cara blanca.
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En los últimos años, los viajes a zonas amenazadas por la crisis climática se han popularizado, generando una tendencia conocida como “turismo de última oportunidad,” que en ocasiones lleva al exceso de visitantes y contribuye a la degradación ambiental debido a la huella de carbono del propio viaje.
Sin embargo, Nat Hab y WWF han tomado medidas para reducir el impacto ambiental de sus excursiones, mientras ofrecen a los viajeros una oportunidad única de comprender a fondo la crisis climática. Por ejemplo, los grupos suelen tener un promedio de 10 personas y cuentan con la participación de conservacionistas líderes, en su mayoría del WWF, quienes ofrecen charlas y generan debates diarios con los miembros del tour.
“La belleza está en que ofrecen información excelente tanto a nivel general como con una profundidad a la que pocos tienen acceso o que pocos buscarían por su cuenta, debido a la naturaleza tan complicada y multidimensional del trabajo climático,” dijo Court Whelan, director de sostenibilidad de Nat Hab, a Travel + Leisure.
“Realmente siento que estos viajes están generando la próxima generación de defensores del clima, con personas que regresan más informadas, inspiradas y listas para actuar y abogar por soluciones más que la mayoría de la gente en el mundo,” añadió Whelan.

Además, Nat Hab ha diseñado un programa integral para compensar las emisiones derivadas de los viajes, que proporciona financiamiento a iniciativas de energía verde, reducción de emisiones y conservación forestal en países gravemente afectados por la crisis climática, como Etiopía, Indonesia e India.
Para evitar el “greenwashing,” Nat Hab selecciona proyectos verificados por terceros y prioriza aquellas iniciativas que buscan avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
“De esta manera, sentimos que estamos haciendo el mayor bien posible, asegurándonos de que las compensaciones sean totalmente válidas y significativas,” dijo Whelan.
La empresa estima que estas colaboraciones compensan 40 toneladas métricas de emisiones por cada viajero en el programa “Cambio Climático y Nuestro Mundo Salvaje,” más del doble de la huella de carbono anual promedio de una persona en Estados Unidos, que se sitúa en 16 toneladas métricas.
“Nuestro principal objetivo al compensar probablemente sea más bien generar conciencia sobre las emisiones y sobre la posibilidad de compensarlas, con la esperanza de educar e incluso motivar a los viajeros a considerar la compensación en su propia vida,” concluyó Whelan.