“Me gusta donde naciste, papá”, dijo mi hija de cuatro años, Evie, a mi marido, Vince, mientras estábamos en la cima de la Torre Eiffel. Su hermano de ocho años, Rémy, asintió mientras admiraba la espectacular vista.
Al planear nuestro viaje de verano a París, donde Vince nació y creció, queríamos que nuestros hijos apreciaran su herencia francesa más allá de los croissants y los cómics de Astérix con los que han crecido en Connecticut. También queríamos evitar simplemente arrastrarlos de una institución cultural a otra.
En su lugar, elegimos una combinación de atracciones originales y actividades al aire libre que celebran la cultura, la historia y la vida cotidiana francesa. Esto es lo que más nos gustó.
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Pasa la mañana en el agua
Los pequeños capitanes pueden llevar el timón en un crucerotaxi de 90 minutos por el Sena con River Limousine. Durante el recorrido, pasarán junto a la reabierta Notre Dame y aprenderán datos históricos, como que la Torre Eiffel originalmente estaba pintada de rojo veneciano y que la ciudad comenzó como un pequeño pueblo de pescadores en el siglo III a.C. Hay jugo para los niños y, por supuesto, champán para los padres.
Toma una clase de repostería
Únete a familias locales para aprender a hacer macarons en la querida pastelería Sweet Bazar. Aprenderás a batir claras de huevo, mezclar la masa hasta lograr una textura perfecta y a hacer círculos con una manga pastelera como un profesional. Todos se llevarán seis dulces para disfrutar al aire libre junto a la recién renovada Fuente Stravinsky, con 16 encantadoras esculturas de Niki de Saint Phalle y Jean Tinguely (está justo al lado del Centro Pompidou).
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Visita el Louvre sin multitudes
No puedes saltarte el Louvre. Pero lo que podría ser una tarde de berrinches se convierte en una emocionante (y manejable) excursión con una visita privada de dos horas con Family Twist. Con un folleto de búsqueda del tesoro en mano, los niños encontrarán pistas en una docena de exhibiciones, como la Venus de Milo y la Mona Lisa, que finalmente los llevarán a un recuerdo escondido en el museo.
Relájate con un descanso en el jardín
Participa en una clásica actividad parisina navegando modelos de barcos antiguos en el estanque Grand Bassin del Jardin du Luxembourg. El parque también cuenta con una crêperie y un parque de juegos construido de manera sostenible.
Visita un castillo
En La Conciergerie, el palacio del siglo XIV donde estuvo presa María Antonieta, a los niños les encantará el HistoPad, una tableta con realidad aumentada que da vida a las habitaciones. Descubrirán la celda de la reina y la sala gótica civil más grande de Europa. Justo a la vuelta está la etérea SainteChapelle, con más de 1.000 ventanas de vidrieras luminosas.
Considera parques de atracciones y museos inusuales
En el Pavillons de BercyMusée des Arts Forains —un museo con unos 3.000 objetos de ferias del siglo XIX—, visitantes de todas las edades disfrutarán bailando un vals en un salón de baile, viendo una ópera con muñecos mecánicos de tamaño real o pedaleando en un carrusel de bicicletas de 1897.
También está el Jardin d’Acclimatation, un parque de atracciones en el Bois de Boulogne que abrió en 1860 y fue renovado en 2018 por el conglomerado de lujo francés LVMH.
Reserva el mejor hotel para niños
Con un desayuno buffet que incluye croissants de chocolate, magdalenas y Nutella, y un armario en el vestíbulo lleno de disfraces y juegos, el Hôtel Léopold, de 40 habitaciones, es ideal para familias. También hay un salón acogedor y una biblioteca bien surtida, perfecta para descansar con un trozo de tarta de manzana entre aventuras.
Una versión de esta historia apareció por primera vez en la edición de noviembre de 2024 de Travel + Leisure bajo el título «París en Famille».
