En algún lugar de Butcher & Still, el elegante steak house del Four Seasons Hotel Abu Dhabi en Al Maryah Island, un elevador oculto conduce al Hideaway, una sala secreta dos niveles más abajo. Dentro, los comensales saborean cocteles al estilo de la Prohibición rodeados de vitrinas llenas de objetos inspirados en la época, como lujosos abrigos de piel y joyas. La única forma de encontrar este espacio, disponible solo para eventos privados, es con la ayuda de un empleado del hotel.
El Hideaway representa una nueva generación de bares speakeasy y rincones de cocteles igualmente discretos creados por algunos de los hoteles más prestigiosos del mundo. Y, según todos los indicios, los viajeros buscan cada vez más descubrirlos. “Antes todo giraba en torno a los momentos instagrameables en los hoteles, pero ahora la gente quiere hacer lo que nadie más está haciendo e ir a lugares donde nadie más ha ido”, dice Tania Swasbrook, asesora de viajes y cofundadora de la agencia Vgari.
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Algunos ya han sido descubiertos, como el Spy Bar en Londres, un antiguo almacén subterráneo transformado en bar confidencial dentro del Raffles London at the OWO. Antes solo lo conocían los entendidos, pero ahora aparece en Google—y en la página web del hotel. También está Charles H., escondido en el sótano del Four Seasons Hotel Seoul, que apareció en la lista de los 50 mejores bares del mundo en 2021.
Aun así, muchos lugares siguen siendo difíciles de encontrar: ese tipo de detalles son la moneda de cambio entre conserjes, mayordomos y asesores de viaje bien conectados. “Los que no puedes encontrar en línea son los que realmente evocan el origen de los bares clandestinos”, dice Swasbrook.
Otros bares clandestinos para visitar en hoteles
Uno de ellos es Minos Sound Room, el bar clandestino del que todos susurran, ubicado en el recién inaugurado Hotel Volga, que recibe a los DJs más populares de la Ciudad de México. Otro es el salón secreto con espacio para dos personas dentro del lounge literario Blue Cigar Writer’s Lounge del Raffles Doha, en Catar. Si sabes que existe, probablemente también sabes cuál estantería empujar para revelarlo.
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En Malliouhana, el resort en Anguila, a algunos huéspedes se les entrega una caja de rompecabezas que, al abrirse, revela una invitación de papel hecha a medida para Albert’s, la bodega de vinos original del resort, recientemente renovada para ofrecer catas privadas en secreto. “La invitación suele ser espontánea, lo cual es lo más divertido del asunto”, dice Beth Flowers, asesora de la agencia Brownell Travel.
Algunos lugares siguen siendo verdaderamente difíciles de ubicar. En el Botanic Sanctuary Antwerp, un complejo monástico del siglo XIII transformado en hotel cinco estrellas, las bodegas tenuemente iluminadas acentúan el aire de misterio de Unprecedented, un club de whisky raro cuya sede está en algún lugar de la propiedad. “No lo promocionamos activamente, y no hay señalización”, dice Sandrine Versavel, directora de ventas y marketing del hotel. Aun así, los miembros del club ocasionalmente invitan a huéspedes del hotel a catas y eventos, siempre que respeten una estricta política de no usar teléfonos ni tomar fotografías. Considéralo prueba de que algunos secretos se disfrutan más cuando se comparten.
