
Luke Evans siempre estuvo destinado a ser un ciudadano del mundo. Su carrera lo lleva de viaje constantemente para formar parte de franquicias taquilleras como la trilogía de El Hobbit, las películas de Rápido y Furioso, live-actions de Disney como La Bella y la Bestia y apariciones protagónicas en musicales del West End. Entre tanto, visita destinos de ensueño cada vez que puede.
No obstante, este estilo de vida jet-set comenzó en un entorno mucho más pequeño. “Vengo de una familia de clase trabajadora, así que el dinero no era gratis ni fácil de conseguir”, le dijo a Travel + Leisure al hablar sobre su infancia en Gales . “Teníamos que pensar en cuánto dinero gastaríamos en vacaciones”, recuerda.
Un comienzo sencillo

Nacido en Pontypool y criado en Aberbargoed, sus primeras escapadas familiares fueron “vacaciones en caravana”. En ellas, su familia y la de su primo utilizaban el Ford Cortina de su padre para remolcar una autocaravana para tres personas.
En esa época, se aventuraron por las ciudades costeras y los bosques del Reino Unido, incluyendo el bosque de Dean, Aberystwyth, Tenby, Saundersfoot y Cornualles. “Rara vez salíamos de Gales porque todo estaba a la vuelta de la esquina”, explica este hombre de 45 años.
El primer viaje en avión que recuerda haber hecho con sus padres fue a Benidorm, en España. Evans se refiere a este lugar como un “gusto adquirido”. “Era barato y alegre, y eso era lo que podíamos permitirnos, así que lo aprovechamos al máximo”, comenta al recordar los “buenos momentos de [su] tiempo allí”.
Esas primeras experiencias plantaron una semilla en lo más profundo del alma de Luke Evans. Hoy, su pasión por los viajes se extiende por cada fibra de su ser. Esto también se refleja tanto en sus publicaciones de Instagram como en las páginas de su memoria, Boy from the Valley: My Unexpected Journey, que llegó a las librerías en noviembre. “El mejor regalo que puedes darte a ti mismo o a alguien más es viajar. Te contiene como ser humano. Puede hacerte ver el mundo y a los seres humanos de una manera muy diferente”, dice.
Sydney Sweeney comparte su amor por su ciudad natal
Vacaciones de ensueño, destinos ocultos y Helen Mirren como compañera de viaje
Para celebrar el fin de 2024, Evans se embarcó en unas vacaciones con las que siempre había soñado: ir a Ciudad del Cabo y Botsuana. La idea surgió de casualidad.
Durante más de una década, cada vez que iba a Ibiza, donde tiene una casa, también pasaba uno o dos días en Atzaró, un hotel familiar centrado en el agro-turismo. “Siempre me ha encantado pasar tiempo allí y el año pasado vi estas postales en el mostrador de sus otras propiedades, como un hotel increíble en Ciudad del Cabo y un safari en Botsuana”, expresa.
Check-in de celebridades con Luke Evans
¿Lugar de rodaje favorito de Gran Bretaña?
Probablemente Pembrokeshire. Hice un programa llamado The Pembrokeshire Murders. Por más sombría que fuera la historia, el lugar donde nos quedamos se llamaba Solva, un pequeño pueblo de pescadores. Tal vez ni siquiera sea un pueblo porque es muy pequeño. Tiene su propia bahía natural y las montañas se adentran en el océano.
Alquilé una pequeña cabaña en la ladera de una montaña. ¡No quería irme nunca! Cuando terminamos el programa, me sentí destrozado por tener que dejar esa casa. Todas las mañanas miraba hacia afuera y era tan dramático. Era simplemente mágico. Es un lugar realmente especial.
¿Qué obra de teatro hay que ver en Londres ahora?
Intenta conseguir una entrada para cualquier obra que se esté presentando en el Donmar Warehouse. Es un teatro muy pequeño e independiente. Las entradas son muy difíciles de conseguir, pero, hagan lo que hagan, es genial. Mi carrera empezó ahí.
¿Cuál es la actividad turística más subestimada de Londres?
Todo el mundo debe caminar por el South Bank. Yo iría desde las Casas del Parlamento, cruzaría el puente de Westminster, giraría a la izquierda y seguiría caminando. De esa forma podrás ver Londres desde el lado sur del río con la Catedral de San Pablo y todos los grandes rascacielos.
Terminaría en el Tower Bridge, que es magnífico sin importar si es de día o de noche. Luego, iría detrás del Tower Bridge, donde solían estar todos los almacenes de los Docklands. Aunque ahora solo hay mercados, restaurantes y viajes en barco, es realmente especial.
¿La mejor playa de Gales?
Newgale.
¿Coprotagonista que sería el mejor compañero de viaje?
No me importaría viajar con Helen Mirren. Creo que a ella y a mí nos encantaría viajar juntos. Sin duda, nos alejaríamos de los caminos trillados y probaríamos de todo. Ella es ese tipo de mujer. Es valiente y se lanza a lo que quiere, y creo que sería una experiencia divertida.
Resolución de viajes para 2025
Viajar más, descubrir nuevos lugares y seguir marcando en la lista aquellos sitios en los que nunca he estado. Ahora mismo estoy leyendo un libro increíble llamado Una historia africana de África. Voy por la parte sobre Egipto, las pirámides y los faraones. Nunca he estado en Egipto, así que probablemente sea el siguiente destino que me gustaría visitar.
Que comiencen las aventuras en África

La aventura inició en la Ciudad del Cabo. Evans quedó atónito por la propiedad de Atzaró en esa localidad. “No es tan grande, pero está, literalmente, no es mentira, al pie de la Montaña de la Mesa”, opina maravillado. “Desde el frente del hotel, se podía ver toda la disposición de Ciudad del Cabo, con la bahía, el cielo, el océano, Lion’s Head y Devil’s Peak, en una vista de 360 grados. Era absolutamente hermoso. Podría haberme quedado allí más tiempo”, apunta.
El gerente del hotel, Xander, no solo hizo de anfitrión. También fue el guía de senderismo de Luke Evans. Para ello, se saltó el atajo en teleférico hasta Table Mountain y lo condujo, durante dos horas, por un camino de escaleras enormes. “Odio el cardio, pero si fuera así todos los días, probablemente lo haría”, admite la estrella de películas de acción.
“Cada 20 minutos, nos deteníamos, volvíamos la mirada hacia atrás y nos elevábamos otros 150 metros. Luego llegamos a la cima, ¡y realmente es plano!”, recuerda. Según sus recuerdos, el esfuerzo para lograr una vista elevada hasta Camps Bay valió la pena y calificó de “satisfactorio” la subida por el camino difícil.
Un safari inolvidable

Después de eso, se dirigió a Atzaró Okavango. Fue recibido por dos jirafas que deambulaban por el campo, seguidas de un par de jabalíes verrugosos. Inmediatamente, supo que esta experiencia de safari iba a ser especial. “En las noches, los huéspedes deben ser escoltados de regreso a su residencia porque hay senderos naturales para animales como leopardos, hipopótamos, búfalos, monos, babuinos, jabalíes verrugosos y cerdos hormigueros», explica.
Cada vez que giraba la cabeza, se maravillaba con la vida salvaje. Desde su lujoso apartamento de madera hasta un lago seco, vió 30 jirafas, incluyendo crías recién nacidas y ancianas. Incluso las sorprendió peleando con sus cuernos y balanceando sus cuellos.
Aún más increíble, presenció una matanza llena de acción en la que perros salvajes atraparon a una cría de gacela. En otro momento, un guepardo caminó justo frente a la camioneta en la que iba mientras él y otras personas observaban en silencio. Cada parpadeo era un fragmento del drama del reino animal que se desarrollaba frente a sus ojos.
“En el último viaje, nuestro guía Albert avistó al leopardo, que es probablemente uno de los animales más esquivos de ver”, dice Evans. Luego aclara lo siguiente: “Están tan camuflados que nos llevó justo al lado de este increíble animal. Y no solo vimos uno, vimos dos”.
Durante un viaje nocturno, el conductor apagó el motor mientras todos contemplaban el cielo sin contaminación lumínica. “Era como una cacofonía de ranas, insectos y animales; era ensordecedor”, expresa. Para preservar esa magia natural, Luke Evans grabó esa banda sonora natural: “¡Ahora me voy a dormir con ella todas las noches!”.
Las ventajas de ser un actor internacional
Más allá de las vacaciones personales, el trabajo de Evans le ha otorgado un don aún mayor. No solo para entrar y salir de un lugar, sino para conocer realmente destinos de todo el mundo. Su último lanzamiento, Misión en Taipei, que se estrenó en noviembre, se filmó en la capital de Taiwán. Eso le dio la oportunidad de recorrer la ciudad desde las montañas y el rascacielos Taipei 101 hasta un pueblo de pescadores.
Por supuesto, se deleitó con las famosas comidas locales: “Comimos Din Tai Fung unas 72 veces e incluso probamos el tofu apestoso. Si puedes soportar el olor, está bien”. Nos explica que su chofer iba a los mercados locales y salía con bolsas de plástico llenas de trozos de pato y él probó todo. “Todo el mundo fue muy amable y realmente acogedor”, recuerda.
De manera similar, durante el tiempo que estuvo en Nueva Zelanda filmando la trilogía de El Hobbit, se sumergió en todo lo relacionado con lo kiwi. “Conduje solo durante una semana desde la cima de la Isla Sur hasta los glaciares Fox y Franz Josef. Recorrí el glaciar en helicóptero y bebí agua de miles de años de antigüedad de un arroyo fluvial que lo atravesaba”, dice el aventurero.
También avistó ballenas, experimentó las piscinas termales de Rotorua, disfrutó de las carnes de alta calidad alimentadas con pasto e incluso aprendió a pescar en la playa en Kahawai. “Viví la vida. ¡Realmente la viví!”, reflexiona.
La gente de allí también causó una gran impresión en él. “Son encantadores, muy amables, muy alegres y te saludan cuando caminas por la calle, algo que siempre me ha encantado”, señala. “De hecho, cuando volví a casa en Londres, caminé por la calle y nadie llamó mi atención. Sentí que había perdido ese toque personal que tienen los kiwis”, comenta.
Los viajes como herramienta para dar con nuevas perspectivas

Recorrer el mundo con un corazón y una mente tan abiertos le ha permitido a Luke Evans reflexionar sobre esos encuentros globales. “Me doy cuenta de que todos somos uno. Todos tenemos un aspecto diferente, comemos de forma diferente, vivimos de forma diferente, cantamos de forma diferente y todo es diferente, pero somos iguales. Eso es algo que he comprendido a un nivel espiritual mucho más profundo a través de los viajes”, razona.
“Me doy cuenta de que todos somos uno. Todos tenemos un aspecto diferente, comemos de forma diferente, vivimos de forma diferente, cantamos de forma diferente y todo es diferente, pero somos iguales. Eso es algo que he comprendido a un nivel espiritual mucho más profundo a través de los viajes”.
– Luke Evans
Los rincones preferidos de Luke Evans en Londres y Gales

Evans es igual de acogedor con los viajeros que buscan explorar los lugares que conoce tan bien. Un ejemplo es Londres, donde ha vivido durante 27 años. Para empezar, considera que todo aquel que va a un sitio por primera vez debe ir a los lugares imprescindibles, como el Big Ben, el Palacio de Buckingham, Hyde Park, la Catedral de San Pablo, la Torre de Londres y el Puente de la Torre.
Sin embargo, después de eso, su consejo es “salir de los lugares obvios” y dirigirse a las partes más antiguas del este de Londres, como Whitechapel, Bethnal Green, Shoreditch y Dalston. “Son áreas impresionantes y siempre hay algo que hacer”, dice. Así mismo, hace una mención especial de los mercados de antigüedades y alimentos, el canal que serpentea por la zona y que tiene senderos a lo largo, los hermosos paseos en Victoria Park y las piscinas en London Fields.
Los domingos, le encanta el mercado de flores de Columbia Road, donde, al girar por una calle victoriana, se convierte en “una jungla con árboles de banana, palmeras, flores y todo lo que puedas imaginar”.
Luego, recomienda ir a The Royal Oak. Una vez allí, hay que echarle un vistazo a los asados dominicales, que son “increíbles”, y tomarse una pinta de Guinness. Después de eso hay que pasear por las callejuelas para tropezarse con cafés y vendedores ambulantes que pregonan sus productos.
En lo que respecta a Gales, Luke Evans sugiere dirigirse a la costa de Pembrokeshire. ¿La razón? Es “absolutamente impresionante” gracias a los castillos que salpican el paisaje y “más playas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO de las que se pueden visitar con un gato”.
También vale la pena fijarse en los mapas: Temby, las montañas de Anglesey (incluida la más alta, Snowdonia, a la que se puede hacer senderismo o ascender en tren de vapor) y una de las ciudades más antiguas y pequeñas del mundo, St. David’s.
“Las playas son impresionantes, la vida salvaje en las aguas es tan cristalina. Se ven focas y delfines. Además, allí se sirve el mejor fish and chips que se pueda comer en Gales”, comenta Evans. “Los galeses son encantadores, acogedores, curiosos, son gente realmente genial. Estoy muy orgulloso de ser uno de ellos”, finaliza.







